Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, es un extraordinario y durísimo libro de cuentos ambientados en la guerra civil y en la posguerra españolas que tratan sobre la represión franquista. Es el único libro que escribió el autor, lo publicó la editorial Anagrama y en el 2005 ganó el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica. Es uno de esos libros que sin proponérselo alcanzó casi de inmediato el estatus de clásico contemporáneo. El libro fue posteriormente convertido en una película con guion del propio autor y del gran Rafael Azcona.

El martes, mientras cenaba con Jorge Herralde, Lali Gubern y unos cuantos amigos, nos llegó por WhatsApp la noticia de que en Andalucía, donde como todo el mundo sabe gobiernan el Partido Popular y Ciudadanos con el apoyo de Vox, se había retirado de la lista de lecturas recomendadas de segundo de bachillerato el desgarrador libro de Alberto Méndez.

No viví la censura española y cuando mi madre y los demás editores de los años 60, entre ellos Jorge Herralde, se ponían a contar en alguna sobremesa lo que les había costado publicar ciertos libros, me parecían historias de un pasado remoto. El martes, en la cena, después del estupor general, alguien dijo: «Pues pondremos una faja enorme en la que ponga que es el libro que PP y Ciudadanos han sacado de las lecturas recomendadas. Venderemos millones». Al salir del restaurante le dije a Jorge: «¿Cómo puede ser que ocurra algo así? Es increíble». Y él, con un tono pausado, respondió: «No, no es nada increíble. Es lo lógico». Y añadió con cierto cansancio: «Y venderemos muchos menos de los que vendíamos, lo lamento por los jóvenes lectores».

Como estamos convencidos (al menos yo) de que los políticos actuales son prácticamente analfabetos (me troncho de risa cada verano cuando salen artículos sobre qué libros se llevan en la maleta o cuando los veo pasear, arrastrando los pies, por la Feria del Libro), pensamos que no tocarán la cultura.

Pues no es cierto. H *Escritora