El 8 de agosto de 1969 fueron cometidos algunos de los crímenes más famosos de todos los tiempos. Cuatro miembros de La Familia de Charles Manson, Linda Kasabian, Tex Watson, Patricia Krenwinkel y Susan Atkins asesinaron en Los Angeles, en una lujosa casa de Cielo Drive, a cinco miembros del star system de Hollywood, entre ellos a la actriz Sharon Tate, de 26 de años de edad, esposa de Roman Polanski, de quien estaba embarazada y casi a punto de dar a luz.

El proceso, que concluiría con la condena de Manson como inductor de estos asesinatos y de los del matrimonio La Bianca, asimismo cosidos a puñaladas por integrantes de La Familia, removió profundamente las estructuras de la industria musical y cinematográfica de los años sesenta, pues Manson tuvo relación, en ocasiones muy estrecha, con algunos de los protagonistas de la década.

Con Dennis Wilson, por ejemplo, hermano de Brian, el cantante de los Beach Boys. Manson y La Familia llegaron a residir en su casa, donde se celebraban constantes orgías de sexo y drogas, con predilección por el LSD. Manson estaba empeñado en hacer una carrera musical. Cantaba, tocaba la guitarra y era muy admirador de The Beatles y de Neil Young, a quien también llegó a conocer. Como a Terry Melcher, productor musical, hijo de Doris Day y novio de Candice Bergen. Muchos de ellos, como el propio Polanski, o Dennis Hooper, fueron llamados a testificar por el fiscal encargado del caso, Vincent Bugliosi, cuyo libro, Helter Skelter, acabaría siendo un poco la biblia del evangelio Manson.

Hasta que Tom O’Neill, un reputado periodista de investigación, ha puesto en duda todas esas versiones y publicado un libro extraordinario y estremecedor: Manson, la historia real (Roca Editorial). En sus páginas, ilustradas con fotografías del caso, O ‘Neill se emplea a fondo para desmontar una versión tras otra, arrojando serias dudas sobre la verdad oficial y esforzándose por demostrar que los implicados en las actividades de La Familia eran mucho más numerosos y poderosos de lo que Bugliosi afirmaba.

Mafiosos, espías, estrellas del cine y del rock protagonizan una nueva investigación que se lee como un true crime.