El alcalde de Zaragoza plantea una bajada generalizada del IBI, aunque supeditada a la reducción del Catastro, en un momento en el que la auditoría y las cuentas municipales arrojan cifras que el equipo de Gobierno PP-Cs tilda de bancarrota. Deudas pendientes y derivación de inversiones para amortizar créditos no parecen ser argumentos suficientes como para evitar bajadas de impuestos que, lógicamente, incrementarán los números rojos de las cuentas.