El tema de la limpieza del río Ebro es un asunto que crea cierta controversia entre agricultores y ganaderos afectados por las crecidas y ecologistas. Sin embargo, parece ser, que este verano las administraciones competentes han decidido hacerse cargo del tema y empezar a limpiar alguna que otra zona. Concretamente unas hectáreas en la ribera de Pradilla de Ebro, un municipio zaragozano donde más del 30% de su población activa se dedica a la agricultura de regadío. Con ello queda probado que el desbroce, la eliminación de vegetación y troncos es compatible con el medio ambiente sin provocar daños al río, así que, en un principio, todos contentos. Lo cierto es que como idea está bien, pero los afectados por las riadas en la cuenca del Ebro encuentran alguna que otra laguna.

El principal problema es mantener las labores de limpieza en el tiempo y ampliarlas al resto de zonas afectadas por las avenidas del río Ebro. De nada sirve trabajar en una zona unos días para limpiarse la conciencia y dejarla igual que antes con el paso del tiempo. Lo ideal sería pasar un par de veces al año por allí con la maquinaria pertinente y hacer un mantenimiento que de verdad sirva para minimizar los daños ocasionados por el río tras una de sus avenidas.

Puestos a pedir, los afectados de la cuenca del Ebro ven con buenos ojos la eliminación de islas salvajes dentro de la sección de desagüe del río y afluentes, ya que según ellos se garantizarían, aproximadamente, unos 3000 metros cúbicos por segundo de capacidad de evacuación que salvarían los bienes y pueblos de los ribereños afectados.

Y para terminar por qué no hablar de dinero, la base para realizar todo lo mencionado anteriormente. En lo que se refiere a materia económica, pocos son los fondos destinados a acelerar estas actuaciones de carácter preventivo y no solo eso, sino que además se dejan perder como ya ocurrió con los diez millones de euros que se incluyeron en los Presupuestos Generales del Estado de 2018 para la limpieza y conservación de cauces públicos.

Confiemos en que este año sea el definitivo, se lleven a cabo todas las labores necesarias de reparación y mantenimiento y no haya que lamentar pérdidas humanas y materiales como en riadas anteriores.

*EscritoraSFlb