En la actualidad, hemos puesto en valor la gran importancia de los Objetivos 2030 de Naciones Unidas; en Aragón fuimos pioneros en poner en marcha el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS número 17), las Alianzas.

El Gobierno de Aragón, a través del Instituto Aragonés de Fomento, asociaciones empresariales y sindicales, se supo poner de acuerdo para impulsar el Sello RSA. Son ya 745 organizaciones aragonesas las que cuentan con él, entre ellas grandes empresas, pymes, autónomos, entidades no lucrativas e instituciones públicas.

Todo un ejemplo de visión, que se ha conseguido con voluntad, escuchando, con diálogo y ayudando a transformar las empresas de nuestra comunidad, que tanto contribuyen a la economía regional y que crean muchos puestos de trabajo.

La Responsabilidad Social Empresarial tiene como objetivo mejorar las tres cuentas de resultados que las empresas están impulsando: la social, la medioambiental y la económica. Este aspecto distingue a las organizaciones del siglo XXI, que amplían su visión, mucho más sostenible y orientada a impulsar el diálogo con los grupos de interés.

Para ello, es clave el capital humano, el talento de las personas que trabajan en las empresas e impulsan estos magníficos proyectos de RSA configurando negocios sostenibles.

Las empresas modernas y avanzadas, cada vez más, cuentan con la creatividad de sus personas, como principal alianza estratégica. Una manera de apostar por la implantación de los ODS, creando empresas más sostenibles a través del impulso de la motivación y del reconocimiento.

La Responsabilidad Social Corporativa, debe formar parte del ADN de las empresas e instituciones porque la sociedad así lo reclama. En una economía globalizada, esta se combate con más ética empresarial e institucional. Para ello, es clave apostar por la Responsabilidad Social.

Los negocios dostenibles son aquellos que están orientados a crear valor para conseguir el crecimiento económico y social de la empresa y de las personas que las componen siempre a través del diálogo con los clientes, proveedores y por revertir una parte del beneficio en el territorio, es decir, tener muy presente a la sociedad, al entorno donde estamos arraigados.

La implantación de la responsabilidad social en las organizaciones debe ir acompañada de la puesta en marcha de manera voluntaria y anticipada a las normativas legales, de planes de igualdad en los que se tenga en cuenta el papel de la mujer, la conciliación familiar y laboral, la flexibilidad en el horario, la promoción interna, los permisos, la apuesta de oportunidades y la retención del talento a través de la formación, etc.

Con todo este trabajo, conseguimos la diferenciación, que Aragón sea tierra de ejemplos de responsabilidad empresarial y que todas las empresas y organizaciones, independientemente de su tamaño, apuesten por su implantación, una decisión, que, a largo plazo, genera muchos y variados beneficios.

*Exalcalde socialista de Fraga