Han ido poco a poco, pero los productores de cava aragoneses se han hecho grandes en el sector y tienen en el mercado exterior su punto de mira. Las cuatro bodegas que producen este espumoso no solo han logrado un producto de calidad sino que han sabido adentrarse en las cadenas de distribución. Al margen de que se hayan beneficiado de la inestabilidad política de Cataluña, la reinversión en los negocios debe servir para no perder gas y seguir proyectándose fuera.