Puede estar agradecida la actual junta directiva del Real Zaragoza con la fidelidad que le profesa Jorge Azcón. Recuerdo que alguien acuñó el apodo de «mayordomo de los poderosos» para el que hoy es nuestro alcalde de la ciudad cuando aún estaba en la oposición. No erró el tiro con su ocurrencia, a la vista del convenio que ha firmado el Gobierno municipal PP-Ciudadanos-Vox con la Sociedad Anónima Deportiva Real Zaragoza. Ni seis meses ha tardado Azcón en ceder el estadio de La Romareda por 75 años, mediante un acuerdo tremendamente ventajoso para el club, pese a los pocos méritos que han hecho sus dirigentes para superar la etapa de corrupción y desfalco, una de las más oscuras de su historia y que ha sumido en una profunda crisis a esta emblemática entidad.

El Ayuntamiento paga la remodelación y el club disfruta de su privatización. Ese es el plan de Azcón. Pero, ¿de dónde sacará la financiación para ello? Nadie entiende que no haya dinero para realizar obras en colegios públicos y equipamientos en los barrios y sí lo haya para contentar a César Alierta y compañía. Por eso el convenio incluye la posibilidad de vincular aprovechamientos urbanísticos a la operación. ¿Qué repercusiones puede tener esto?, ¿Se avecina un nuevo pelotazo en Zaragoza? No lo sabemos, en buena parte por la opacidad que rodea al convenio. De ahí que desde Zaragoza en Común solicitemos la creación de una comisión de seguimiento de dicho convenio en la que todos los grupos municipales podamos obtener información y capacidad de opinar en tiempo y forma.

Tenemos serias dudas de que el Gobierno de la ciudad tenga en mente a la afición cuando piensa en la renovación de La Romareda. Si no, no se explica que se haya negado a ejecutar la obra de renovación de los bancos que le dejamos preparada. Mucho nos tememos que en lo único en lo que Azcón piensa es en cómo ser útil a las élites, hasta el punto de olvidar que como alcalde tiene el mandato institucional de servir con objetividad al interés público. ¿Está seguro el señor Azcón de lo que esto significa? No lo parece cuando pasa por alto que los máximos responsables del Real Zaragoza persistan en el impago de cantidades adeudadas a las arcas municipales.

La directiva del Real Zaragoza no solamente debe dinero al Ayuntamiento. Solo en este año, 200 acreedores dejaron de percibir lo adeudado por valor de casi 300.000 euros. Sin duda, esta situación es consecuencia directa del desaguisado de la época de Agapito Iglesias, que llevó al club a concurso de acreedores en 2012. Sin embargo, ocho años después ni las formas ni los fondos parecen haberse renovado. César Alierta, expresidente de Telefónica y máximo accionista del club, ha incorporado a la junta directiva a Luis Blasco como consejero delegado, quien tiene una condena en firme por el caso de las tarjetas black. Compañeros de viaje que dan poca confianza y que hacen sospechar que el Real Zaragoza como club de fútbol no es en todo este asunto un fin en sí mismo sino un medio con el que lograr otro tipo de beneficios empresariales y urbanísticos.

Ni la afición del Real Zaragoza ni los habitantes de la ciudad en general merecen que se les engañe como parece que está sucediendo. Para tratar de evitar las más que probables tropelías que preparan a puerta cerrada, hemos solicitado la constitución de una comisión de seguimiento en la que todas las fuerzas políticas con representación municipal podamos tener acceso a la información relacionada con este proyecto y podamos ser los ojos y los oídos de toda la población, que tiene intereses bien distintos a los de las élites. Que explique el señor Azcón por qué si no ha firmado un convenio sin plazos y sin financiación, sin obligaciones para el club y que abre las puertas a nuevas operaciones urbanísticas e inmobiliarias que solo buscan el enriquecimiento de los de siempre.

*Portavoz de ZeC y exalcalde de Zaragoza