El Primero de Mayo va a ser un día muy extraño en este 2020. Medio mundo está confinado y no podremos vernos, ni manifestarnos físicamente. Pero a pesar de estas difíciles circunstancias, los y las trabajadoras aragonesas vamos a celebrar, como en el resto del mundo, la lucha, la solidaridad y la unidad de la clase obrera.

En un día tan especial para nosotros es imprescindible tener un recuerdo para los afectados y sobre todo para los fallecidos por el coronavirus. Como no podía ser de otra manera hoy están en nuestra memoria. Como están en nuestra memoria nuestros mayores que, tras realizar múltiples sacrificios en su vida, son los que más han sufrido los efectos de la epidemia. La sociedad ha demostrado que es capaz de priorizar su bienestar y su vida.

A pesar de todo el 1° de Mayo no puede ser sólo de recuerdo, también debe ser reivindicativo. Las CCOO de Aragón queremos poner en valor el mundo del trabajo como elemento que sostiene a la sociedad. Queremos reivindicar los trabajos útiles para el bienestar de las personas, los trabajos para producir cosas materiales, los trabajos para proporcionar servicios a nuestra sociedad. Esa es la verdadera riqueza de los países, esa es la economía real y sostenible a la que aspiramos.

También queremos poner en valor lo público. La sanidad, y mucho más que la sanidad. Como se ha comprobado la protección y el bienestar social dependen de nuestros servicios públicos. Es oportuno preguntarse ¿Qué sería de la lucha contra el coronavirus con unos servicios públicos privatizados y con el único objetivo del beneficio empresarial? Los aplausos son bienvenidos, pero si queremos un estado del bienestar robusto necesita una financiación suficiente y sostenible. Los servicios públicos no son una carga sino una inversión para garantizar los derechos de ciudadanía.

Además, la crisis sanitaria ha visualizado trabajos, hasta ahora invisibles, que estos días se han hecho insustituibles. Profesiones que en muchos casos tenían las peores condiciones laborales y salariales y un escaso reconocimiento social, profesiones que nos han aguantado como sociedad. Ahora toca que la sociedad dignifique a las personas que las realizan, no puede haber sociedad digna sin trabajo digno.

Desde lo público, los gobiernos están ayudando de una forma nunca vista a empresas y personas. Es el Estado, y no el mercado, el que está soportando la paralización económica, el que garantiza unos ingresos mínimos a las personas y el que ayuda a las empresas a soportar este tsunami. La mano invisible del mercado que todo lo podía ha desaparecido de golpe, lo privado ha necesitado ser salvado por lo público. Por eso, cuando esto pase las empresas tendrán que corresponder a esa ayuda con un nuevo contrato social.

En nuestro día también hay que poner en valor al sindicalismo que transforma los problemas individuales en colectivos, que genera acción solidaria y transformadora. El sindicalismo se hace valer en los momentos difíciles y las CCOO de Aragón hemos tenido que adaptar y multiplicar nuestra actividad frente a la crisis sanitaria y a las consecuencias del estado de alarma.

Un sindicalismo que tiene cara. Con muchísimo orgullo hay que resaltar el difícil papel de los y las cientos de sindicalistas que hemos atendido, informado, acompañado y defendido a decenas de miles de trabajadores y trabajadoras aragonesas en estos momentos de grave perturbación laboral y social.

Las CCOO queremos combinar este 1º de Mayo las reivindicaciones ante los problemas de la crisis del coronavirus con las reivindicaciones ante los problemas que teníamos antes de esta situación y que en muchos casos se han multiplicado. Queremos recuperar la actividad después de la epidemia y los derechos laborales que habíamos perdido. Queremos acabar con la precariedad y la desigualdad con un nuevo modelo económico y social cuya prioridad sea el bienestar de las personas.