El ocio es nuestro tiempo libre. Pero estas dos palabras se contradicen. La auténtica libertad nunca es temporal y el reloj se comporta como un carcelero de la liberación. Es la razón por la que muchos sufren con el descanso. No saben disfrutar del mismo. Incluso sus vacaciones las enfocan como si fuera un trabajo más. Estas personas desarrollan un síndrome que llamamos «ociofobia». El término lo acuñó un psicólogo español, Rafael Santandreu , y se asocia al miedo a no tener nada que hacer. Este año está siendo dramático para quienes tienen pánico al aburrimiento. Primero sufrieron unas vacaciones obligadas que les inundaron de ocio. Después, el verano no ha invitado a diseñar una agenda de viajes. La típica discusión en el trabajo, sobre el reparto de turnos festivos, ha mutado en una batalla para conseguir librar las fechas más alejadas del calor. Han sobrado voluntarios para quedarse de guardia en agosto, y no por ser este mes el menos ajetreado. Sí hay más prevención para guardarse días para el inicio de un curso escolar que se asoma a lo desconocido.

La buena noticia de este verano, para quienes se agobian con el descanso, es que este año venía sin el tradicional puente de agosto. Este comportamiento de quienes se angustian con el ocio es más amplio de lo que pensamos. Hay diversas conductas que la expresan sin que se deba a ninguna patología en particular. El problema de las vacaciones, naturales o forzadas, es el regreso a una atmósfera familiar y social de la que en realidad se estaba huyendo. Normalmente para no asumir responsabilidades y esfuerzo que declinan en otros, habitualmente en otras.

En diferente situación están quienes han perdido su trabajo, o sufren un ERTE, y asumen esto como un fracaso personal y no como consecuencia de la crisis económica. La frustración repercute en la convivencia y genera conflictos. La relación entre el fin del verano y el incremento de divorcios y separaciones es un clásico. Los datos del INE así lo confirman. Las rupturas aumentan en septiembre. La saturación de convivencia, tras el estío, lleva al enfriamiento pasional. Sobre esto, espero con ansiedad los datos estadísticos del segundo trimestre. La pandemia ha convertido al planeta en un gran laboratorio de psicología social en el que, por primera vez en la historia de la humanidad, podemos analizar comportamientos globales en situaciones únicas y viceversa.

El panorama internacional se está poniendo interesante en USA. Yes, we Kam es el lema unitario de apoyo a Kamela Harris . Los progresistas norteamericanos se identifican con ese repóquer, junto a la senadora, de Sanders , Ocasio , Obama y Biden . En menos de tres meses podemos tener buenas noticias para la humanidad. Por desgracia de lo que más se habla no es si va a perder Trump , sino de si aceptará irse. En España la «ociofobia» de Casado alimenta el pánico a su aburrimiento electoral. Tras el fracaso de su confrontación dura con Sánchez , el PP opta por atacar a sus aliados mientras repele el fuego amigo que recibe de la FAES de Aznar . A la portavoz Álvarez de Toledo le llueven ráfagas de huesos de aceituna sin compasión. Su compañera Ayuso es noticia cada semana con chulería facha. Utiliza el «rastreator» para comparar y privatizar los rastreadores en Madrid financiando a sus amigos de la sanidad privada. Es lo que tiene ser rastrera con la salud pública. Más lógica tiene la prohibición de fumar en la calle. Sugiero que se haga siempre que no se respete la distancia de seguridad entre el cigarrillo que uno se fuma y los propios pulmones.

En Aragón el civismo de las no fiestas de Huesca ha permitido disfrutar de las Perseidas, aunque sea con mascarilla. Tras las no celebradas en Teruel queda ver qué pasa en Zaragoza. De momento la única carpa instalada es la de los militares junto al Clínico. La marcha menos marchosa es la militar, pero al menos contribuirá a salvar vidas.

Azcón ha sufrido un frenazo tras liderar la oposición al fondo de cooperación municipal. Esperemos que esta cuestión no sea de confrontación en el seno de la izquierda y el PSOE. La intención de Sánchez de seguir negociando un acuerdo le va a quitar alas a nuestro estimulado alcalde Blue Bull. Si ha liderado en la protesta hasta al regidor de Cádiz, el anticapitalista Kichi González , debemos admirar la habilidad de don Jorge. Lo siento por Beamonte , cuya temperatura política popular es de -273,15 grados centígrados, pero la oposición al gobierno, y los movimientos de futuro, están más cerca de las estatuas de Pablo Serrano en la Plaza del Pilar que de la Aljafería. Que cuide Casado. Se aprende más de los listos, aunque sean malos, que de los aduladores que piensan como nosotros. El día que controle sus prontos «ultras» y sea menos «Netanyahu» será más peligroso. La decisión de no permitir enterrar en Torrero, como Alá manda, a musulmanes no empadronados le pone de patitas con VOX. No hay tierra en la Tierra para todos. No es una cuestión de creencias sino de espacio físico y respeto al medio ambiente. La mejor alternativa para nuestros restos es el compostaje. Los abonados del club maño podríamos así fertilizar el césped de nuestros «leones». Mientras llega nuestro último abono, esperemos que hoy el Zaragoza llegue a la final y nos pisen, tarde, pero en Primera. H