Opinión | SALA DE MÁQUINAS
Tener o no proyecto político
Un nuevo proyecto cultural, Alcañiz lee, me invita a participar con una charla en el hermoso Teatro Municipal de Alcañiz, de estilo modernista, obra de Alejandro Mendizábal. Comparto mesa y debate con el nuevo alcalde alcañizano, Ignacio Urquizu, y con el concejal de Cultura, Jorge Abril. Dos políticos con sólida formación e ilusionados con transformar su ciudad.
En esa esperanzada línea, Urquizu sugiere que, en su opinión, hay dos clases de dirigentes públicos, o de políticos: los que tienen un proyecto y los que no. Aspirando los primeros a revelarse como reformadores, transformadores de su ciudad, comunidad o país; opacándose los segundos en el oscuro destino de aquellos comparsas que, carentes de todo proyecto, se limitan a votar con obediencia y el único propósito de cobrar a fin de mes.
Tener o no tener (proyecto político, proyecto cultural…). Tener y no tener (To have and have not), como el título de aquella vieja y maravillosa película de cine negro de Howard Hawks con Humphrey Bogart y Lauren Bacall. Y con guión de Faulkner sobre una novela de Hemingway. Tener y no tener… ¿Sería ésa la shakesperiana condición consecutiva a la más básica aún de ser o no ser? Pues muy probablemente, porque ¿cuál es, en efecto, la razón de que alguien se presente a unas elecciones cualesquiera si no tiene proyecto alguno para sus ciudadanos? Si no hay tan siquiera un esquema, si no se adjunta al escrutinio de los votantes un plan, una dirección, los mimbres de una programación, los números de una financiación, tampoco concurre motivo alguno de peso para dar el salto a la vida pública.
De la misma manera, si no hay talento, vocación, espíritu de aprendizaje, trabajo y sacrificio, ¿para qué soñar con convertirse en un escritor? Sin embargo, en las librerías hay a la venta decenas de autores que serían incapaces de escribir una página pero que milagrosamente firman libros, memorias, ensayos… Del mismo modo, ¿cuántas veces nos encontramos con políticos que vanidosamente afirman serlo, pero sin que su labor lo justifique? Aplíquenles, para desenmascararlos, el axioma bíblico «Por sus obras los conoceréis»; o esa más actual y hemingwayana condición: tener o no tener.
De momento, la capital del Bajo Aragón ya tiene un nuevo programa cultural: Alcañiz lee.
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