Con mucha frecuencia se escribe y habla sobre lo importante de las políticas culturales y de la producción cultural de un país, y generalmente termina la argumentación justificando la necesidad de subvencionar películas, teatro, danza etc. no voy a entrar en la necesidad de subvencionar o no la producción cultural, pero sí que voy a criticar que cada vez que se habla de política cultural, se habla solo de fomentar la producción. Por el contrario rara vez se habla de fomentar el consumo, es decir, de facilitar el acceso a esa cultura producida a la mayoría de la población. En mi opinión este segundo tipo de política cultural debería ser el eje de las políticas culturales.

Cuando uno piensa en las plataformas como Netflix, puede asustar la cantidad de recursos que hacen falta para producir todas las series, películas etc. Sin embargo, la plataforma en sí solo es una web, que aloja contenidos y que no cuesta tanto dinero, en especial una vez está hecha. Y la cuestión es: ¿Por qué no hacemos un Netflix público español y de acceso gratuito? Las posibilidades serían enormes y los costes mínimos ya que se podrían incluir todas las producciones que ha hecho Televisión Española a lo largo de su historia. Me vienen a la cabeza Félix Rodríguez de la Fuente, 'Al filo de lo imposible', 'Cuéntame', o 'Érase una vez la vida'. La lista de producciones participadas por RTVE podría seguir y sería interminable. Pero no solo hay porque poner producciones antiguas, también se podrían condicionar las subvenciones al cine a que en un plazo de x años tras el estreno del film, el mismo se incluyera en la plataforma. Asimismo, podrían tener cabida las obras de las compañías nacionales de Teatro, de Danza o de la orquesta Sinfónica Nacional. Aunque sé que es difícil, se podrían incluir las producciones de las cadenas autonómicas, como 'Vaya Semanita', 'Oregón TV 'o 'Pòlonia'.

Un coste bajísimo y con una utilidad geopolítica enorme, que daría acceso mundial a toda nuestra cultura audiovisual.

Ahora imaginen a la UE con todas las cadenas públicas de los 27 detrás de esto. Es fácil, pero me temo que Netflix tiene poco miedo mientras la política cultural sea hablar de subvenciones.