Esta vez no quiero hablar ni como politólogo ni como concejal de Teruel. Quiero hablar como turolense. Un turolense preocupado y triste con la deriva que ve en la imagen que entre unos y otros nos estamos encargando de proyectar al exterior. Una imagen que aunque despierte ciertas simpatías, solo lleva a que el imaginario colectivo del resto de España nos vea como un sitio sin oportunidades y sin nada positivo. Cuando la realidad es que Teruel es todo lo contrario, tenemos muchos puntos positivos que vender.

Teruel debe poner en el imaginario colectivo lo positivo, generar los puntos de contacto que en muchos otros lugares no tienen y que debemos saber explotar y exportar a la opinión pública para que vengan a conocernos y plantear que su vida puede desarrollarse en nuestra tierra. Si no potenciamos una imagen del Teruel Positivo, habremos luchado, protestado y llorado mucho pero no habremos conseguido nada… Solo defraudar a quienes aún vivimos aquí.

Para mi, el Teruel positivo se refleja cuando salgo a la calle y tengo una cercanía con muchas de las personas con las que me cruzo, la tranquilidad de que si pasa algo a mi o a alguien de mi entorno van a avisarte porque conocen de ti y de quien te rodeas, la felicidad con la que me críe y la libertad que tuve de jugar en la calle a fútbol, recorrerme la ciudad con apenas diez o doce años sin que nadie tuviese miedo a que pasase algo, al contrario que en muchas ciudades más grandes en España. Dejando de un lado la ciudad en la que me críe, cuando encuentro unos días para poder irme y llegar a mi pueblo, donde nací y donde viví los cinco primeros años de mi vida (Alcalá de la Selva), me siento un privilegiado, las montañas, los paisajes, la tranquilidad, las posibilidades de un medio de vida alternativo y alejado de las grandes ciudades, un medio de vida posible si nos alejamos de solo demostrar lo negativo. Que está claro que existe, pero si no visualizamos a Teruel como tierra de oportunidad, seguiremos perdiendo población.

Todo esta imagen en negativo muchas veces entra en la estrategia que se conoce como el Win-Win o como mejor la expresó nuestro expresidente Mariano Rajoy: «Cuanto peor mejor, mejor el suyo beneficio». Vender solo lo negativo, por muchas reivindicaciones que tengamos, es una estrategia de márketing que como antes comenté, puede despertar simpatías, pero aleja a todos aquellos que puedan llegar a plantearse venir a vivir a nuestra tierra.

Teruel en positivo debe ser concienciar del turismo sostenible, la naturaleza, la tranquilidad de poder criar a tus hijos sin preocupación, procurar que nuestras escuelas sigan vivas y sean de calidad, potenciar la agricultura y ganadería de proximidad, impulsar las pequeñas industrias familiares y la artesanía y no grandes proyectos que tienden a buscar la especulación, apostar por la sostenibilidad ecológica y energética, un valor que va a ser el que marque las pautas en el siglo XXI.

Esto debe pasar por una planificación realista, integral a toda la provincia, y potenciando las fortalezas de cada comarca para que estas sigan vivas… Llorar que la culpa es la falta de dinero no es la solución… Porque no es la realidad. Sin embargo todos aquellos que se quejan y lanzan piedras entre ellos me recuerdan más a nuestros buitres que buscan entre los restos que se dejan en los puertos para ver qué pueden devorar.

Dejemos a un lado el Teruel Subsiste y pasemos a ver Teruel con un prisma y un cristal positivo, vendamos nuestras ventajas y dejemos de fustigar nuestras desventajas o irremediablemente la llama poco a poco se ira apagando hasta que solo queden rescoldos que no calienten.