Simon Kuper ha escrito en el Financial Times sobre la clase media que va para abajo: por ejemplo, hijos adultos que viven con sus padres o que tienen que recurrir con frecuencia a su ayuda económica. La promesa de la mejora se rompe.

Ese, en una dimensión distinta pero vinculada, es uno de los temas de La España en la que nunca pasa nada (Foca, 2021; prólogo de Esteban Hernández), un libro del profesor de sociología de la Universidad de La Rioja Sergio Andrés Cabello. Andrés habla de las ciudades medias e intermedias, capitales de provincia y poblaciones relativamente grandes. Han vivido también el fenómeno de la despoblación, recogiendo y a veces perdiendo habitantes. No tienen la capacidad de decisión o potencia mediática de la España metropolitana, pero tampoco han generado un imaginario atractivo, como ha ocurrido con el medio rural. En un ensayo estimulante que combina lo autobiográfico, lo sociológico y lo cultural, Sergio Andrés defiende la dignidad de los lugares y sus habitantes, trata de explicar dinámicas estructurales que no afectan solo a España, explica la importancia de la idea de provincia, reivindica la autonomía de la decisión individual (una de las razones por las que prefiere hablar de España vacía a vaciada: la primera denominación, creada por Sergio del Molino, le parece menos paternalista), y señala paradojas y excesos de optimismo: la imagen de un medio rural homogéneo e idealizado al estilo posmoderno que se inventa en las grandes ciudades, la idea de que la apariencia cool puede ser un sustituto de la economía productiva, la tendencia a imitar a ciudades grandes. Habla del «reto demográfico» (despoblación, envejecimiento, natalidad) y «territorial», que produce una España que crece y otra que se estanca o retrocede. En parte, geografía es destino. Aparecen numerosos pensadores y también de comercios, del pop, el cine y la literatura: el libro te lleva a buscar esas piezas que cita y a pensar en otras que podrían encajar o matizar sus puntos de vista. Aragón es una presencia recurrente como realidad e imaginario: de Labordeta a Sergio del Molino, de Buñuel a Paco Martínez Soria, pasando por Carmen París; muchas de las cosas que dice sobre el medio rural y los espacios intermedios se aplican a la comunidad. Combina la lucidez y el afecto, y rehúye el victimismo o la tentación de la nostalgia para hablar de un tema crucial: esos territorios que no son la España despoblada ni las grandes ciudades, y su importancia como elemento de cohesión y conexión.