Aunque se veía venir por las encuestas (todas salvo la del CIS, que es una broma que cuesta un dineral), los de la casta de la Izquierda andan rasgándose las vestiduras por el triunfo electoral del PP en la Comunidad de Madrid. La mayoría de los comentarios de esa Izquierda inciden en la tristeza por el triunfo de Isabel Díaz Ayuso, a la que los gurús monclovitas, que viven, se comportan y actúan como los privilegiados que son, tildaron durante la campaña de ser una «muñeca diabólica», «un títere» y una señora con «deficiente nivel intelectual». Y por si esta errada estrategia, que nunca funciona, fuera poco, aparecen lumbreras como José Félix Tezanos, presidente del CIS, que catapultó a Díaz Ayuso hasta rozar la mayoría absoluta al calificar como «tabernarios» a algunos de sus votantes; igual es que los conoce a todos.

A la vista de los análisis que se hacen desde la casta de la Izquierda, da la impresión de que los madrileños de la ciudad y de la Comunidad son unos egoístas empedernidos, chulapos de chotis –un baile que tiene origen en Bohemia–, toros y verbenas, y tontos de baba, que pasan el día entre cañas, calamares y gambas.

Sin el menor atisbo de autocrítica, los derrotados de la casta de Izquierdas se han llamado a andana, salvo Pablo Iglesias, que reaccionó con celeridad y dimitió al conocer los resultados.

Nadie tiene la culpa del desastre electoral; solo la vicepresidenta reconoce que no es de los votantes, sino de ellos. No debe de ser de Pedro Sánchez, que dictó la candidatura a la Asamblea de Madrid por su cuenta, sin someterla a debate y aprobación de los militantes socialistas madrileños, que se limitaron a acatar, con sumisión servil, lo que les imponía el jefe, quien hace y deshace a su antojo sin preguntar a la militancia y sin más criterio que el suyo; todo un demócrata, vamos. Algo similar ocurrió en Podemos, cuyo secretario general decidió, porque él lo vale (bueno, lo valía), ser candidato a la presidencia de la Comunidad, saltándose las normas estatutarias de su partido. Por eso, con dos líderes (uno parece que se va) tan autócratas, incoherentes y ególatras al frente del PSOE y de Podemos, me extraña que todavía haya quien se asombre de que alguien con tantas carencias y con mensajes tan simples como los de Díaz Ayuso sume más votos que todas las Izquierdas madrileñas juntas. Que digo yo, que, además de los «incultos y masoquistas» votantes madrileños, alguna responsabilidad de la debacle tendrán estos popes de la Izquierda de papel. ¿O no? .