Estos días daba penica escuchar a Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Común. El nombre es tan largo como inútil. Es frustrante que la tercera economía de mundo (la UE), ante la masacre cometida por Israel (país situado a 250 kilómetros de la UE) solo pueda decir a través de Borrell: «Que si alguien puede frenar la escalada es EEUU y no la UE, que hace tiempo que perdió su capacidad».

También esta semana hemos visto, como de repente, las fuerzas de seguridad marroquíes han animado a 8.000 personas a cruzar la frontera con Ceuta. Están enfadados porque España ha hecho algo que no les gustaba (tratar en un hospital a un saharaui enfermo). La reacción del tirano Mohamed VI, ha sido chantajear a España con el sufrimiento de sus propios súbditos para crearnos un problema de orden público y de fronteras. Eso sí, parece que en cuanto se han aprobado otros 30 millones de euros en ayuda para el control de la inmigración a Marruecos, entonces ha parado el flujo. Qué casualidad. El 7 de abril le cayeron al tirano otros 35 millones en vehículos policiales donados.

Este problema que hemos padecido ahora en Ceuta, lo padecen nuestros hermanos griegos, siempre que al señor Erdogan le da por chantajear lanzando oleadas de refugiados sobre las islas griegas. Cada vez que alguien critica a Turquía por invadir Siria, o por detener periodistas, pues a chantajear con 30.000 refugiados sirios. Los refugiados son víctimas de tiranos, y hay que ayudarlos por supuesto, pero permitir el chantaje de un matón no suele ser una buena idea, porque los chantajistas cuando les pagas te vuelven a chantajear. El chantaje de dos tiranos usando refugiados, o los asesinatos de niños por parte de Israel con total impunidad es terrible.

Europa fue el faro del mundo, pero este buenismo de pagar a chantajistas y extorsionadores sin escrúpulos, es un síntoma inequívoco de decadencia. De España, donde el muy patriota líder de la oposición culpa al gobierno y exculpa al chantajista, mejor no hablar.