Siempre que voy a Tauste me encuentro con un grupo de amantes de la literatura, con los cuales resulta un placer compartir coloquios y opiniones. Hace mucho tiempo que no escribo para los críticos ni para los catedráticos, sino para lectores sencillos y complejos a la vez, como mis amigos de Tauste, personas de carne y hueso, del mismo modo que espero consigan serlo mis personajes de ficción.

El último de ellos, Florián Falomir, a quien estoy construyendo una serie de seis novelas de intriga, de las que ya se han publicado tres, es un muy peculiar investigador de enigmáticos y enrevesados casos. Falomir tiene formación, fue espía del CNI español, posee adiestramiento diplomático, militar, pero ahora, a sus cincuenta años, lo encontramos en Zaragoza, de donde es natural, y en cuya calle Alfonso ha abierto una agencia de investigación llamada Las cuatro efes. Ese nombre hace alusión a sus iniciales y a las de Fermín Fortón, un antiguo conocido suyo a quien Falomir ha rescatado de la mala vida y rehabilitado como segundo investigador de la agencia, especializándolo en seguimientos y trabajos, digamos, delicados.

Cuando no trabaja, Florián Falomir, hedonista, sociable y comilón, se pasa el día paseando por el casco viejo de Zaragoza, pero, de igual modo que los grandes detectives clásicos, en cuanto aparece un misterio que se resista a la policía deberá resolverlo utilizando su instinto y su capacidad de observación y deducción.

Además de hombre sagaz, Falomir tiene un gran sentido del humor. Un tipo de humor irónico, inteligente, que no suele llegar al sarcasmo y que en Aragón recibe el nombre de somarda o somardón. Sonora y rotunda, hermosa y útil palabra que, de modo inexplicable, no está incorporada al Diccionario de la Real Academia de la Lengua, con todos esos catedráticos y críticos, incluso con aragoneses entre sus miembros (y miembras, como diría la ministra Montero).

En Tauste, Pilar Fresco y Maribel Rayado en nombre del Club de Lectura me regalan otra palabra: marifila. ¡Qué eufonía! Pero, ¿qué significa? Con ella designan en Tauste al gusanito de la manzana. ¿Llegará, como somarda o somardón a oficializarse marifila en el Diccionario de la RAE? Mientras tanto, sigamos usando los aragoneses nuestras bellas y autóctonas palabras…