Ahora que Madrid ha pasado la bola a las Comunidades para que sean ellas las que decidan qué medidas tomar a la hora de regular asuntos tan delicados como los horarios de apertura de la hostelería, especialmente del ocio nocturno; ahora que nuestra Comunidad registra la tasa más baja de covid desde mediados de julio del año pasado, y que los índices de contagio están en el 0,06%, es tiempo para la reflexión y la toma de decisiones sabias. Siempre es bueno buscar referentes, modelos de gobernanza que estén siendo eficaces en la gestión de la pandemia. Y si hay alguno en el mundo, que puede resultar inspirador, es el danés, qué en estos días, continuando con su fase de desescalada, amplía hasta la medianoche el horario de bares y restaurantes y elimina la mascarilla en interiores, porque claro está, en el exterior nunca fue necesario. Ni en éste ni en ningún otro país europeo lo es, sólo en una España rígida, presa del oscurantismo, del miedo y del desconocimiento más propio de las cabezas del medievo que del siglo XXI. Bueno, veremos cuando nuestro comandante en jefe, Mr. Sánchez y el equipo de sabios que le acompaña, deciden dar un paso al frente y suprimir la mascarilla en espacios abiertos. Ojalá que el reseteo que dicen que trae el eclipse, ayude a poner cordura en esta película de locos en la que llevamos inmersos más de un año. De momento, crucemos dedos para que el ocio nocturno en Aragón se reabra en breve hasta las tres de la mañana para evitar éxodos masivos de aragoneses hacia Madrid, Cantabria o Andalucía. Ya somos los que encabezamos el ranking de comunidades con mayores índices de vacunación, todo un logro de la Administración autonómica, que es de justicia aplaudir, pero necesitamos más, todo en pro de alcanzar el sueño danés.