Seguro que han oído hablar de esos sanitarios, que llevan centenares de contratos encadenados. Quizá tengan también algún conocido que trabaja para la administración, pero no tiene plaza. Sino que está interino desde los tiempos en que el Zaragoza jugaba en primera (y alguno desde que ganó la Recopa). Lo que igual no saben es que la tasa de temporalidad de los trabajadores públicos en España es del 30% (casi un millón de personas).

En el sector privado también es alta 23%. Pero 7% de diferencia es mucho. ¿Qué es lo que ocurre? Que la administración comete fraudes que al sector privado no se le permitirían. Esta afirmación tan dura, no es una opinión mía o de algún amigo abogado. Es del Tribunal de Justicia de la U.E, que en decenas de sentencias lo deja claro.

El problema fundamentalmente radica en que para la administración 25 años son necesidades puntuales. Esto se traduce en casos como el de Raquel de la Riva contratada para cubrir «necesidades puntuales» hace 15 años.

Piensen ustedes dónde estaban entonces y cuánto ha cambiado su vida desde entonces (año 2006, la Expo no se había celebrado y las tropas españolas acababan de volver de Irak). Bien, la administración ha decidido a raíz de las múltiples sentencias europeas, sacar a oposición esas plazas, que como la de Raquel llevan décadas cubriendo «necesidades puntuales». Después de cometer fraude contra los trabajadores, la administración entiende que la solución es mandarlos a la calle con una mano delante y otra detrás, sin indemnización alguna.

Raquel de la Riva tiene 62 años y ha dicho: hasta aquí hemos llegado. Ha estado 18 días en huelga de hambre para evitar que Azcón cometa esta tropelía. La administración tiene múltiples opciones para solucionar esto: convocar concursos-oposiciones, donde la experiencia sea un mérito importante. Mantener en el puesto a los mayores de 60 años en espera de que se jubilen, etc. Y si los quieren despedir, que paguen indemnización. Ni más, ni menos que la que tendría que pagar cualquier empresario que hiciera esto. Raquel ha ganado, la tropelía se pospone para ella. La razón y sobre todo el TJUE están de su lado.