La aritmética quiso que, justo ahora hace dos años, Jorge Azcón llegase a ser alcalde de Zaragoza. Pese a ser el alcalde menos votado de la historia, el apoyo de Cs y Vox le llevó a conseguir el bastón de mando de una ciudad, que, sinceramente, esperaba mucho más de él. Porque en los peores momentos, en aquellos más difíciles, es cuando un alcalde tiene que demostrar su capacidad y liderazgo.

¿Para qué quería ser alcalde?

En aquellas inciertas primeras semanas de pandemia, cuando los zaragozanos más lo necesitaban, Jorge Azcón se dedicó a pintar flechas en el suelo o llevar lanzones a los hospitales. Fue, precisamente, para esa ocurrencia, solo puedo calificarla así, cuando recibí la única llamada que el alcalde me ha hecho desde que soy portavoz del PSOE, grupo mayoritario de la oposición. En la mayor pandemia, cuando la entrada a los hospitales estaba incluso limitada, él solo pensó en hacerse fotos, llevando lanzones a un centro sanitario.

Entonces se echó de menos a alguien que tomase las riendas del ayuntamiento, no diera la espalda a los ciudadanos y reorganizase las labores de la plantilla municipal. Pero no fue así. Decidió mandar a casa a más de 5.000 trabajadores, cerrar servicios básicos y externalizar la atención social a través de la línea 900. Una asistencia telefónica que ha sido ineficaz e ineficiente desde sus inicios.

Está claro que la prioridad de Jorge Azcón no fueron ni son las personas. No pensó en ellas cuando en septiembre del año pasado, por su campaña de alcaldes rebeldes, Zaragoza perdió los 70 millones que le ofreció Madrid para paliar los efectos de la pandemia. Entonces solo quería hacerse la foto en el Congreso, hacer oposición a Pedro Sánchez, sin tener en cuenta las necesidades de los zaragozanos. ¿No estará usando Zaragoza como trampolín en su carrera política nacional?

Ese dinero hubiera servido para salvar a las personas, para que el Ayuntamiento de Zaragoza estuviera a la altura de las circunstancias. Algo que no ha sido así. Usted solo ha destinado 32,4 millones de euros a gastos covid, tan solo un 4% de su presupuesto municipal, de los cuales el Gobierno de España le reembolsará en unas semanas 23,1.

En estos dos años de Gobierno PP-Cs, Jorge Azcón no se ha creído que es alcalde de la quinta ciudad de España y lo que es más importante, que es alcalde de todos los zaragozanos. Porque si como portavoz de los populares nos cansamos de oír cómo le reprochaba al entonces alcalde Pedro Santisteve que solo gobernaba para los suyos… ¿Para quién gobierna Jorge Azcón?

El alcalde de la ciudad hace urbanismo a la carta y malvende el suelo público, el mejor patrimonio de Zaragoza, al mejor postor. Puso el cartel de Se vende a un terreno municipal para construir un hospital privado y, ahora, pretende casi regalar Pontoneros, uno de los edificios más emblemáticos y singulares. Porque, ¿no es malvender el suelo público que una empresa vaya a pagar por él apenas 18 céntimos el metro cuadrado cuando la media en esa zona supera los 70?

Becas para la concertada

El alcalde de esta ciudad cree que no todos los niños merecen las mismas oportunidades. Ha aprobado conceder becas a los escolares más vulnerables, pero solo a los de la concertada. ¿No merecen todos los niños ser tratados por igual, independientemente del colegio donde estudien? Así lo cree el Grupo Municipal del PSOE y por ello, hemos interpuesto un recurso contencioso, con el único objetivo de evitar esta flagrante discriminación: por supuesto que hay que ayudar a los escolares vulnerables de la concertada, pero también a los de la escuela pública.

El alcalde de esta ciudad solo piensa en su rédito político. Ha priorizado en tiempo récord obras innecesarias, solo impulsadas para la satisfacción de sus votantes, mientras otras llevan décadas esperando. Ha destinado más de 700.000 euros a la reforma de la plaza de Santa Engracia frente a los cero que ha gastado en proyectos tan demandados, como la avenida de Cataluña o el parque Torre Ramona. Ha olvidado a los barrios, donde viven más de un 80% de los zaragozanos. El alcalde de esta ciudad solo hace política efímera. No ha tomado ni una decisión en el tema de transporte. En sus innumerables apariciones ante los medios, porque de eso le tengo que reconocer que sabe mucho, nada le he escuchado de un proyecto de línea de alta capacidad para el eje este-oeste ni tan siquiera una reestructuración de autobuses. Una reordenación de autobuses que, por cierto, se cansaba en reclamar pleno tras pleno cuando estaba en la oposición.

El alcalde de esta ciudad no tiene modelo de ciudad ni un proyecto ilusionante para los más jóvenes. Gracias a una moción del PSOE que se aprobó ayer en un pleno extraordinario, Zaragoza tendrá que revisar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), porque es imprescindible diseñar y soñar la Zaragoza de futuro y no solo gobernar a golpe de foto, zepelines y parafernalias que solo buscan el lucimiento personal del alcade. Porque... ¿qué herencia nos dejará Jorge Azcón? ¿Para qué quería ser alcalde?