El triunfo en las elecciones presidenciales en Perú de Pedro Castillo, del partido Perú Libre, frente a Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, ha generado grandes expectativas en los más marginados. Este país lleva ya mucho tiempo en una grave crisis política. Reflexionaba Castillo: «Muchas veces nos han dicho que sólo los politólogos, los constitucionalistas, los eruditos políticos, aquellos que tienen grandes pergaminos, pueden conducir un país. Han tenido el tiempo suficiente. Décadas. Bastantes lustros. ¿Pero cómo dejan el país? ¿Cómo está el país ahora?»

¿Cómo está Perú? Es un país rico con muchos pobres. Repasaré su historia reciente basándome en el artículo Un trabajo de alto riesgo de Juan Manuel Karg. Los últimos cinco presidentes electos democráticamente desde 1990 terminaron exiliados, presos o muertos. Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski. En 1992, Fujimori cerró el Parlamento promoviendo un autogolpe de Estado. En 2000, por fax, renunció a la presidencia desde Japón. Toledo gobernó entre 2001 y 2006, trece años después fue detenido. Alan García entre 2006 y 2011, suicidándose en 2019 cuando iba a ser detenido por corrupción en el caso Odebretch. Humala gobernó entre 2011 y 2016, llegó con horizontes de transformación, en una campaña en la que se le estigmatizó de ir hacia el modelo de Hugo Chávez. Mas, Humala terminó maniatado y su gobierno fue una continuidad de los anteriores. Tras dejar el poder fue detenido por lavado de activos y asociación ilícita. Kuczynski triunfó en 2016, en una disputadísima campaña con Keiko Fujimori. En 2018, tras 600 días de gobierno, renunció entre denuncias de corrupción y una gran erosión de la bancada fujimorista. Lo reemplazó Martín Vizcarra hasta noviembre del 2020, cuando el Parlamento peruano declaró su «incapacidad moral». Manuel Merino ocupó el cargo, duró apenas cinco días marcados por las represiones a las manifestaciones que cuestionaban su legitimidad. Tras la expulsión de Merino, Francisco Sagasti se propuso ser un presidente de transición, entre la pandemia y las elecciones generales de 2021. El fujimorismo se frotó las manos: la tercera es la vencida, pensó la hija de Fujimori. Pero he aquí, que ha irrumpido con fuerza Castillo, el cual nunca imaginó verse en esta situación. La noche en que el voto popular lo consolidó como uno de los dos candidatos para la presidencia, las agencias de noticias internacionales no tenían su foto. Entonces comenzó su campaña: actos en todo el país, enfrentó los flashes de las cámaras y los debates, y soportó las campañas mediáticas en su contra. Procede de una familia campesina de Tacabamba, profesor de primaria, fue integrante de autodefensas campesinas y destacó como dirigente magisterial en la huelga de su gremio de 2017. Su programa político es progresista, favorable a la educación popular, revisando las condiciones en las que operan las transnacionales en Perú y una mayor participación del Estado en la economía, aunque reconoce la importancia de la inversión privada. Su plataforma incluye una reforma institucional para redactar una nueva Constitución. En lo social, es conservador, pues se opone a la despenalización del aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Keiko Fujimori, del partido Fuerza Popular, estuvo 16 meses en prisión preventiva por el escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht y un fiscal pidió treinta años de cárcel por lavado de activos, obstrucción a la justicia y falsa declaración. Defiende el libre mercado y la carta magna vigente, promulgada por su padre en 1993, que garantiza el liberalismo económico. Un programa neoliberal sin más.

Los apoyos recibidos por ambos sirven para entender sus proyectos políticos. A veces, uno sabe de qué lado estar simplemente viendo quiénes están del otro lado. Según Evo Morales: «Ayer perdimos en Ecuador, pero ganamos en Perú. Un profesor: Pedro Castillo. Con nuestras propuestas». «Dijo: me voy a rebajar sueldo y salario. Lo que hicimos en Bolivia. Segundo: voy a garantizar una Asamblea Constituyente para refundar el Perú. Nuestra propuesta. Tercero: voy a nacionalizar la minería e hidrocarburos. Nuestras propuestas. Yo siempre digo que estamos exportando nuestras políticas».

Castillo finalizó su campaña con un live con el ex presidente de Uruguay José Mujica. «Sos nacido en un país que es la historia sangrante de América Latina» le dijo Mujica a Castillo, a quien le pidió que no abandone la militancia por los humildes y pobres del Perú, sea cual sea el resultado. Y en un spot de su campaña recita el poema Los Nadies de Galeano: «Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los ninguneados, muriendo la vida, jodidos, rejodidos».

Apoyos a Keiko Fujimori. Leopoldo López, el opositor venezolano, denunciando que Castillo será otro Hugo Chávez. El otrora antifujimorista Mario Vargas Llosa en un video de apoyo a Fujimori en la Fundación Internacional para la Libertad: «Si nosotros elegimos a Castillo, probablemente ya no habrá más elecciones libres en la historia del Perú». Vargas Llosa fue más allá: publicó una columna en El País, edición América «En la cuerda floja», donde afirmó desear «ardientemente» que Fujimori gane la elección.

Muchos y poderosos enemigos no le faltarán a Castillo. Los mismos de Chávez, Lula, Evo, Correa