Esta semana se ha demostrado, no solo que Dios existe (como Teruel), sino que Berlanga se sienta a su lado y le escribe los guiones. ¿Por dónde empezar? Toni Cantó, el actor de Siete vidas y el político más chaquetero de este país, es nombrado por la duquesa de Ayuso director de un chiringuito para convertir a Madrid en capital europea del español, arrebatándole así el puesto a la actual capital: Bratislava.

Un ventrílocuo moroso que hacía hablar a un cuervo llamado Rockefeller es detenido y acusado de estafar 50 millones de euros y de formar parte de una organización criminal. Hablando de estafas: la señora Monasterio, hija de unos esclavistas venidos a menos, decide falsificar un sello para proyectos de obra, con el que presuntamente estafa a otro conocido presentador televisivo. No obstante, el juez decide que la falsificación está tan mal hecha que hay que absolver a la falsificadora.

Siguiendo con falsificaciones, otro juez ha ratificado que una cleptómana, expresidenta de Madrid y devenida en tertuliana, no sabía que el acta del trabajo fin de máster (que nunca realizó) era falsa y mucho menos, iba a tener ella nada que ver con esa falsificación.

Y la rematadera viene de Mallorca, que es el nuevo Torremolinos. Unos estudiantes alojados en hoteles de 4 estrellas en medio de una pandemia, la lían parda. Provocan el mayor brote de la enfermedad desde hace meses. Por ello son confinados en el hotel y custodiados por miembros de la benemérita. Este confinamiento desata la ira de los padres de las criaturas, por lo inhumano de este encierro. Los de Madrid piden airadamente el habeas corpus ya que sus hijos forman parte de un grupo burbuja.

Los de Córdoba han denunciado a la Directora de Salud Pública balear por detención ilegal. Mientras tanto, las cámaras de televisión graban cómo entra el alcohol por hectolitros a través de las terrazas. Aprovechando el descontrol, dos jóvenes se fugan de su duro cautiverio, burlando a los agentes del tricornio para correrse un fiestón en la isla y volver después tranquilamente al hotel.

¿Quién se atreve a decir que este guion no es de Berlanga? Feliz verano.