Cada 23 de febrero recordamos los hechos acaecidos en esa fecha del año 1981. A veces, como este año, cuando hay algún aniversario redondo, los medios de comunicación le dedican más atención y así es como se ponen de relieve datos poco conocidos por la mayoría de los españoles. Voy a recordar un episodio del que es protagonista Julio Busquets Bragulat.

El cuarto hombre

El cuarto hombre javier Fernández López

Cuando vemos las imágenes de lo acontecido el 23-F hay un análisis que suele repetirse, el de los tres hombres que se mantuvieron firmes frente a los asaltantes armados y que no se ocultaron bajo los asientos tras la orden tajante de Tejero de ¡todos al suelo! Repito: tres. Y yo, en el título de este artículo, he querido destacar a un cuarto, al diputado socialista Busquets, que tampoco se tiró al suelo. Su acción, a diferencia de lo ocurrido con Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo, no duró ya que terminó bajo su escaño. Varios de sus compañeros, especialmente Luis María Puig, que es quien lo ha contado, le gritó varios improperios en catalán, ya que ambos lo eran y entre ellos utilizaban ese idioma, y con la ayuda de otro vecino de escaño lo cogieron y tumbaron por la fuerza, reteniéndolo en esa posición mientras lo creyeron necesario.

Ahora que se van a cumplir 20 años de su fallecimiento, voy a recordar algunos de los rasgos biográficos de quien pretendió permanecer sentado desobedeciendo la orden de Tejero en aquellos dramáticos momentos. Nacido en Barcelona en el seno de una familia acomodada, de padre médico militar y abuelo general, ingresó en la Academia General Militar como algo natural en su entorno y cuando fue promovido al empleo de teniente, en 1954, confiesa que estaba perfectamente integrado en la mentalidad del régimen. Sería en sus primeros destinos, en el entorno de Madrid, donde comenzaría a mantener contactos con personas que marcarían su futuro en un contexto ya alejado de la ideología imperante. Luis Pinilla Soliveres está en lugar destacado entre esas personas que le llevaron a dar un brusco giro a sus ideas políticas. Y sus estudios universitarios, decisivos en este cambio.

Ya en Barcelona, en 1962, terminó de definir su ideología antifranquista, especialmente en la universidad, donde comenzó a dar clases. 1970 es un año decisivo en su vida ya que los juicios de Burgos, a terroristas etarras, le llevaron a redactar, con unos pocos compañeros, una carta al entonces príncipe Juan Carlos y en ella manifestaron su descontento con el clima ultra existente por ese motivo en los cuarteles. Desde ese momento comenzó un cierto activismo, siempre en clandestinidad, claro, con otros militares que terminaría por cristalizar en 1974 en el nacimiento de la Unión Militar Democrática (UMD). La chispa que terminaría por darles el empujón fue la revolución de los claveles portuguesa, protagonizada por militares del país vecino. Busquets y su compañero de promoción y arma, Luis Otero, fueron a Lisboa (por el norte, sin relación con ellos, lo hizo el capitán Fortes a Oporto) y en las conversaciones de esos días decidieron dar un muy arriesgado paso: crear la UMD. La asamblea constituyente se desarrolló en Barcelona, donde estaban destinados la mayoría de los fundadores, los días 31 de agosto y 1 de septiembre de 1974.

Uno de los episodios más conocidos de la UMD fue el proceso 250/75, por el que fueron detenidos y procesados un total de diez jefes y oficiales por su pertenencia a esa organización (en Barcelona se abrió proceso a otros tres). Y Busquets no estaba entre ellos. Me gustaría detenerme en las razones de su ausencia de aquel proceso penal ya que creo que son poco conocidas. En ese año de 1975, como en todos, se celebró en las sedes de las capitanías generales un acto en recuerdo de la fundación de la Academia General Militar. Un grupo de oficiales de la UMD decidió boicotear el acto y dos de ellos, Busquets y José Julve, comandante y capitán de Ingenieros, fueron arrestados con ingreso en un castillo militar. Cuando fueron detenidos los posteriormente procesados, estos dos seguían arrestados en prisión militar, por lo que, es evidente, no pudieron ser detenidos.

Este «cuarto hombre» fue diputado socialista en 1977 y en un total de cinco Legislaturas. También obtuvo, por oposición, una cátedra en la universidad.

Siendo ministra de Defensa Carme Chacón, por OM de 3 de febrero de 2010, se concedieron medallas al mérito militar a 14 antiguos miembros de la UMD, aquellos que sufrieron procesos penales por su pertenencia a la organización, por lo que él y Julve (he explicado los motivos) no fueron condecorados. Una injusticia.