La actriz Cristina Higueras viene, desde hace algún tiempo, compatibilizando su vocación y su profesión dramática con el ejercicio de la ficción literaria, en el llamado género negro.

Con algunas variantes, habría que apresurarse a matizar, pues sus novelas no son estrictamente canónicas, sino que suelen diferenciarse, distinguirse con su propia marca, lanzando aportaciones técnicas y argumentales que enriquecen el género y a menudo lo sobrepasan.

La última y muy reciente novela de Cristina Higueras lleva por título 'Soy tu mirada'.

Desde mi punto de vista, se trata de un 'thriller' psicológico de poderoso ritmo y excelente factura. Está protagonizado por una jueza, Nora Salinas, quien, en medio de la placidez de su vida familiar y de una competente carrera profesional, resulta sorprendida por una serie de amenazas que, capítulo a capítulo, irán cobrando intensidad y salpicando la acción con la aparición de la duda, primero, y con el estallido del miedo, inmediatamente después.

Inspirado en jueces y juezas que la autora ha podido consultar, a fin de contrastar previamente su creación y asegurarse de que las vicisitudes y procedimientos de su imaginaria magistrada se ajustarían, como así sucede, plenamente a la realidad, el personaje de Nora se nos gana por sus recursos, inteligencia, sensibilidad… Y también, por desgracia para ella y suerte para el lector, por su muy humana vulnerabilidad.

Esa oscura amenaza que parece pender sobre su destino como una negra nube llena de descargas eléctricas se irá extendiendo por todo el argumento, suspendiendo el ánimo en una lectura galvanizada por la creciente curiosidad y obligándonos a preguntarnos a cada momento: ¿Quién o quiénes están detrás de semejante acoso? ¿Qué persiguen? ¿Tendrá algo que ver con el pasado de la jueza Salinas, oculta ella algún grave secreto en los armarios del tiempo?

Una acción, como suele ser regla canónica en el suspense del 'thriller', que juega con los planos temporales como la caña de un pescador dentro y fuera del agua: ora cebando el anzuelo, ora sumergiéndolo cerca del pez… Y, sobre todo, una novela ágil, enigmática y tensa, para no soltarla salvo causa de fuerza mayor, cosa que en verano no suele producirse...