La cada vez mayor frecuencia y virulencia de fenómenos atmosféricos y catastróficos, lluvias torrenciales, corrimientos de tierras, olas gigantes, termómetros extremos y un largo etcétera ha llevado a muchos expertos a pensar que la emergencia climática no es amenaza del futuro, porque ya ha llegado.

Pero, ¿ocurre por primera vez? ¿Ha soportado la raza humana en épocas anteriores un mismo o parecido índice de siniestralidad medioambiental?

Otra manera de contar la historia podría ser a través de sus catástrofes naturales, y algo así es lo que ha intentando una sismóloga norteamericana, Lucy Jones, escribiendo 'Desastres' y subtitulándolo 'O cómo las grandes catástrofes han moldeado el devenir de la humanidad'.

Jones comienza haciéndonos una importante distinción: no es lo mismo un «desastre» que una «catástrofe natural». Lógicamente, los riesgos naturales o «desastres» son una consecuencia inevitable de la propia evolución física de la tierra. Si se transforman en «catástrofes» es debido a que se han originado cerca de un núcleo urbano, con dramáticas consecuencias para su población. Terremotos de una magnitud superior a seis ocurren a diario en el planeta, pero no los percibimos (la mayoría son de ámbito submarino).

En este excelente y didáctico ensayo, 'Desastres' (Capitán Swing), Lucy Jones, dueña de una pluma muy divulgativa, capaz de hacer comprensibles los más abstrusos conceptos científicos, nos invita a un recorrido fascinante sobre una selección histórica de catástrofes naturales y el modo en que influyeron en las sociedades de su tiempo, en los hábitos de sus habitantes y gobiernos, en sus leyes, arquitecturas y modos de vida.

Comenzando por la erupción volcánica que sepultó Pompeya en el siglo I y concluyendo con el tsunami del océano Índico de 2004 o los huracanes que azotaron Norte América en 2017, Jones reflexiona sobre toda clase de causas, reacciones, elementos y puntos de vista en torno a los desastres naturales. Concluyendo que con el crecimiento de la población en regiones peligrosas y con el aumento de las temperaturas los impactos son mayores que nunca. Y recordándonos, a fin de extremar cautelas y aportar remedios, que «los peligros naturales son inevitables, pero las catástrofes humanas no».