Nunca los problemas deben verse desde un único ángulo para encontrar las soluciones, cuantas más perspectivas tengamos la puerta de salida será más posible y efectiva.

Cuando planteo esto como método me estoy refiriendo a las instituciones del Estado que, por razones políticas, no se están renovando, incumpliendo esta obligación: el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo, cubrir baja del Tribunal Constitucional y seguro que algo más se me queda en el olvido.

Convivencia más adecuada

Pues bien, la consecuencia de esto es que instrumentos tan fundamentales como los anteriores, para la mejor puesta en práctica de la democracia que tenemos y de una convivencia más adecuada, funcionan fuera de sus bases reguladoras y, por tanto, lejos de la legalidad por la que deben regirse.

Los partidos políticos que nos representan en el Congreso y en el Senado no llegan a ningún tipo de acuerdo para que estas Instituciones tengan toda la validez de su pleno funcionamiento, y esto se deriva solo de razones políticas y no de la búsqueda de soluciones de Estado, no siendo esto lo que mejor dice de ellos ya que incumplen su función frente a nosotros, los ciudadanos, dejándonos huérfanos de estos elementos que forman parte de nuestra democracia y por tanto de la mejor garantía de las libertades ciudadanas, por eso, cuando el líder de la oposición hace declaraciones diciendo, democracia sin leyes y ley sin democracia, con referencia a 1936, debería entenderse a sí mismo y trabajar por corregir esta definición de interinidad.

Pero siendo la clase política la principal culpable de esta situación, no son los únicos, ya que los miembros de estos órganos a renovar, en plena consciencia de su irregular función, hacen caso omiso de ello pues se encontrarán cómodos en esos puestos que ya no son suyos; creo que ellos por ética personal, y para demostrar que no desean ostentar esos cargos más allá de su responsabilidad, deberían dimitir y dejar vacías esas instituciones, sin duda, demostrarían que tienen más concepción democrática que quienes no son capaces de anteponer el Estado a sus intereses. Señores magistrados y consejeros dejen vacías las Instituciones de las que ya no forman parte y no sean ustedes como los ocupas de las viviendas.

Pero ya que estamos en este punto por el reparto de responsabilidades, contemplemos una que está muy de moda: ser patriota. Según la RAE, es la persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien. Pues esto es lo que de una y otra forma recoge la Constitución española, nos dice cómo debemos desarrollar nuestro papel de patriota, bien es cierto que cada uno se viste con este traje con aquellos artículos que mejor y más cómodos se sienten, no con el completo que da como resultado el bienestar de todos.

Los hay que sienten su desempeño patriótico con el artículo 2, en la parte de la indisoluble unidad de la Nación española; el artículo 3, el castellano es la lengua española oficial del Estado; el artículo 4.1, definición de la bandera de España, este luce mucho en pulseras, pañuelos, gafas y toda clase de artilugios. Y ya poco más, ¿para qué más? Aunque hay muchos artículos que nos inciden de manera muy directa. Me voy a permitir relacionar algunos de ellos con el total convencimiento de que la Constitución lo es en su totalidad.

Artículo 9. Los ciudadanos y los poderes políticos están sujetos a la Constitución.

Artículo 10. La Constitución reconoce que los derechos y libertades se interpretan de acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Artículo 27. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.

Artículo 30. Quiero hacer una mención especial a este, pues quizás sea el que da más carné de patriota: Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España. Podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general. Mediante ley podrán regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública.

Artículo 31. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica. No voy a relacionar ninguno más, podría, pero invito a quien no lo haya hecho a leer la Constitución del país en el que vivimos, España, no es un ejercicio muy agotador y, si lo hacen con atención, entenderán mucho mejor el concepto de patriotismo y se sentirán más y mejores españoles.

Primero leer

Pero también debo expresar mi asombro cuando el Gobierno de España anuncia que, en cumplimiento del artículo 30 de la Constitución va a elaborar una proposición de ley para regular los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública y el líder de la oposición, sin estar presentada esta ley, anuncia que la votará en contra, quizás sí o no, pero será preferible leerla y entenderla cuando esté hecha, me parece lo más apropiado.

Bien, pues aunque en planteamientos separados, todo forma parte de cómo debe ser y entenderse que una nación como España debe estar al completo y respetarla en todas sus formas para que de verdad y como dice el artículo 1 de la Constitución, España sea un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.