El proyecto de una Orquesta Sinfónica de Aragón es, más o menos, contemporáneo a la inauguración del Auditorio de Zaragoza. Un sueño que otras comunidades autónomas disfrutaron ya en los años noventa, a base, eso sí, de inyectar fuertes inversiones a la constitución y mantenimiento de esas orquestas.

La nuestra, la nonata Sinfónica de Aragón, intentó arrancarse de nuevo con aquel proyecto del Fleta como nuevo escenario para ópera y grandes ciclos clásicos, pero tampoco en aquella ocasión se logró y ahí sigue el pobre Fleta veinte años después, con sus vergüenzas al aire. (Es curioso comprobar cómo en Zaragoza se va formando un catálogo de obras malditas, eternizándose sin que ningún equipo consistorial acierte a solucionarlas; además del Fleta, el estadio de La Romareda, los accesos a la estación Delicias, la vieja estación del Portillo…)

Sin embargo, la última actuación de la Orquesta Sinfónica Ciudad de Zaragoza (antigua Orquesta Sinfónica Goya) ha despertado nuevas ilusiones. Dentro del programa de grandes conciertos 'Auditorio Sinfónico', con la Sala Mozart, una vez más, como apoyo y sede, y con el impulso de la Sociedad Filarmónica de Zaragoza y de numeroso público, sus músicos, dirigidos por Juan Luis Martínez, entusiasmaron por su calidad y armoniosa conjunción.

Comenzaron su magnífico concierto interpretando en primicia un poema sinfónico del compositor Jesús Torre titulado 'Ruinas de Belchite'. Una pieza muy potente, en la línea del Shostakovich de 'Stalingrado', hiriente, agresiva, música de ecos metálicos y salvajes que ciertamente nos devolvió a los terribles paisajes de la guerra civil, a sus trincheras y dramas humanos, a la angustia y al furor, pero también, finalmente, a un colofón de esperanza.

Además, la Sinfónica Ciudad de Zaragoza se atrevió con la séptima de Sibelius y con el concierto para piano y orquesta de Camille Saint—Saëns. En la versión de este último contó con la intervención al teclado, ciertamente portentosa, de Alberto Menjón. Un joven pianista zaragozano, actualmente con destino en Nueva York y destinado a convertirse en una gran figura del piano.

Talento musical hay, y mucho...