Si se me permite, usaré esta licencia literaria de la afamada novela de Eduardo Mendoza en donde narra la evolución de la ciudad condal en un periodo entre exposiciones internacionales, y salvando las distancias temporales y de ciudad, de lo que supuso para nuestra querida ciudad la Expo de 2008. Independientemente del evento, dejó una serie de infraestructuras que le dieron un gran impulso económico, así como un salto hacia la modernidad: nuevo aeropuerto, puentes y pasarelas, las actuaciones en las riberas, cierre de cinturones, y no olvidemos el gran avance en movilidad sostenible, y el cambio radical urbanístico en el eje norte sur de la ciudad, el tan hoy reconocido internacionalmente, y antes denostado por una gran parte de la políticos conservadores de la ciudad, nuestro eficiente tranvía.

Normalidad económica y social

Cuando hemos pasado el ecuador del gobierno municipal de Azcón y empezamos a alcanzar la normalidad económica y social perdida durante la terrible pandemia, con las recuperadas «no fiestas» (sic), y el ansia ciudadana de volver a sentir el latido de la ciudad en todos los aspectos económico, cultural, deportivo, lúdico y sobre todo las relaciones sociales que propician el tejido asociativo, y las infraestructuras municipales, centros cívicos, de mayores, deportivos y culturales.

Pero este latido recuperado se va a convertir en exigencia hacia nuestro consistorio, que sin minusvalorar el trabajo que se ha hecho en una situación tan difícil, también se ha aprovechado la coyuntura de una sociedad compungida y asustada para impulsar actuaciones de gran calado para el presente y futuro de la ciudad al socaire de la dura situación: la operación Quirón, la residencia elitista de Pontoneros, el nuevo entorno de la prolongación de Tenor Fleta, etc. Eso en lo urbanístico pero también en lo social, asistimos a una deriva neoliberal hacia la privatización de lo público, tanto en servicios como en infraestructuras, vivienda, espacio público, etc., y la constatación de que muchas de las decisiones se toman mirando solamente hacia los poderes económicos tanto propios como foráneos, eso sí con la colaboración del tercer socio de la derecha extrema en concordia.

Hyde

En estos dos años, si todo lo que se ha prometido y planificado por el señor Azcón, más los proyectos de los fondos europeos para la recuperación que pueden venir, en movilidad, rehabilitación y eficiencia energética, no vamos a dar abasto a tanta vorágine inversora y de obras que pueden suponer un gran impulso a la ciudad, y sin una expo a la vista. No va a haber cinta en las sederías para tanta inauguración en el 2023, por cierto año electoral. Pero la ciudad también tiene barrios y distritos que necesitan actuaciones pendientes desde hace años en equipamientos, vivienda social de alquiler, adecuación de viales, aceras, centros educativos de titularidad municipal, etcétera.

Ciudad dual

Sin olvidar que si queremos evitar una ciudad dual, con una parte avanzada y modernizada con niveles de renta altos, y otra que se queda atrás, es necesario cambiar rápidamente de línea de acción municipal. Los indicadores estadísticos elaborados por la universidad y publicados por Ebrópolis, muestran claramente dónde están la carencias e indican claramente en donde priorizar las inversiones. Esperamos con verdadero interés que se presente el borrador de los presupuestos municipales para el 2022, y ver que se ha dejado de hacer de lo presupuestado en el 2021, que ya se anticipa que va a haber mucho proyecto anunciado presupuestado y fallido. Mientras se anuncian proyectos de relumbrón nada se dice de las cuantiosas inversiones necesarias como por ejemplo en saneamiento y depuración, bosques y flores aparte.

Por cierto, sorprende gratamente que muchas de las actuaciones previstas o proyectadas nacieron del consenso de la mayoría de los grupos municipales y con amplia participación vecinal, incluida la colaboración activa de la federación que presido, como son la ampliación del parque Pignatelli o el Plan de Movilidad Urbana Sostenible; lo que demuestra que los proyectos de ciudad con consenso y participación tienen futuro y acaban en realidad, que el alcalde y algunas de sus consejeras y consejeros tomen nota.

Y para finalizar, como dice la popular canción de una conocida zarzuela «para el Pilar, lo mejor…», esperamos que nuestros vecinas y vecinos disfruten de la ciudad con alegría y sensatez, y de los eventos programados.