De almirante genovés al servicio de España, como se lee en la mayoría de las enciclopedias, al almirante Cristóbal Colón quizás haya de cambiársele pronto su italiano gentilico por el de español gallego. Y la teoría no es nueva. 'España, patria de Colón' es el título de un libro que en 1922 publicó el escritor pontevedrés Prudencio Otero Sánchez, para quien tantos son los indicios que existen para demostrar que Colón no era genovés y sí español, que por sí mismos constituyen la más evidente prueba de ello.

Pero es que ya antes que Prudencio Otero, otro paisano suyo, el historiador Celso García de la Riega, había ya señalado los muchos indicios sobre el origen gallego del descubridor de América.

Linaje judío

A su vez, la férrea defensa de la galleguidad de Colón por parte de Otero Sánchez, se sustentó en la anterior, y no menos entusiasta, del escritor y político asturiano Rafael Calzada quien, en 1920, y en un país de América (Argentina) publicó 'La patria de Colón', obra en la que –entre otros interesantes aportes– el autor manifestaba haber encontrado documentos originales según los cuales Colón –de quien Calzada también sostenía que provenía de linaje judío– manifestó en varias ocasiones que España era su patria. Y concluía tajante el autor afirmando que la creencia comúnmente aceptada de que Colón era italiano no era sino «un dogma histórico petrificado».

Por otro lado, la teoría de que amén de español fue Colón gallego, se había sustentado hasta ahora en dos pilares: la genealogía del descubridor (que le conferiría un indiscutible linaje gallego) y la toponimia de más de 100 lugares de América a los que Colón dio nombre; la inmensa mayoría de ellos relacionados con Galicia, las Rías Bajas y más concretamente, con Pontevedra. Y dentro de esta provincia gallega, la localidad que reivindica ser cuna del célebre navegante es Poio, en cuya parroquia de Porto Santo habría nacido el descubridor. De hecho allí se encuentra la Casa Museo de Cristóbal Colón, edifico que está considerado como el hogar en el que nació y le vio crecer.

Cristobal Colón

Y a estas pistas gallegas sobre el origen del descubridor de América habría que añadir que, por disposición suya, fue también a un puerto pontevedrés, el de Bayona, al que el 1 de marzo de 1493, al mando de Martín Alonso Pinzón, arribó la carabela Pinta, una de las tres que protagonizaron la histórica y transcendental primera navegación a América. Colón, que capitaneaba La Niña, también debería haber llegado a Bayona junto a Alonso Pinzón, pero una tormenta desvió a su navío de las coordenadas iniciales, viéndose obligado Colón a desembarcar en el puerto de Lisboa.

Mausoleo en Sevilla

Fallecido el 20 de mayo de 1506, los restos de Colón fueron trasladados en 1536 a la isla española de Santo Domingo y en 1795, a la catedral de La Habana, permaneciendo allí hasta 1898, año en que la isla de Cuba se independizó de España. Así, desde el 17 de noviembre de 1902, los restos del almirante (junto con los de su hermano Diego y los de su hijo Hernando) reposan en la catedral de Sevilla, en el mausoleo realizado para tal fin por el escultor Arturo Mélida.

Y es a partir de estos restos, gracias a sus análisis de ADN y a las nuevas y avanzadas tecnologías para su estudio, con los que podría desvelarse el verdadero origen de Colón. Con este fin, en 2003 un equipo interdisciplinar de la Universidad de Granada extrajo ADN de los huesos que se conservan en el mausoleo de la catedral de Sevilla, cuyo estudio confirmó la relación genética entre los tres cuerpos que en él se hayan inhumados.

Y ahora, estas valiosas pruebas de ADN van a ser cotejadas con otras que pueden ser determinantes. Se trata de los restos que se encuentran en el sarcófago de los Sotomayor, familia perteneciente a la nobleza gallega, ubicado en el interior de la catedral de (el nombre no es baladí) Santo Domingo, en la ciudad pontevedresa de Tuy. Dichos restos, según la inscripción pétrea que adorna el sarcófago, pertenecen a Pedro Álvaro de Sotomayor. Pero la hipótesis que baraja la investigadora María del Carmen García es que bajo ese nombre se esconde el propio Cristóbal Colón, en realidad un alias que el noble gallego adoptó tras fingir su muerte en 1486. ¿Pero por qué habría Colón –es decir, Álvaro de Sotomayor– tenido que fingir su muerte y ocultar su identidad? La razón, según la investigadora, se encontraría en el apoyo que dio al rey de Portugal Alfonso V, en contra de los Reyes Católicos sobre el derecho al trono de Castilla. De este modo, cuando Álvaro de Sotomayor propone el viaje a los Reyes Católicos y estos se comprometen a financiarlo, lo habrían hecho con la exigencia de que ocultase su verdadero nombre, para no dar la apariencia de que estaban financiando a quien había sido uno de sus mayores enemigos.

Sarcófago de los Sotomayor

Con estas hipótesis, a mediados del pasado mes de septiembre un equipo dirigido por arqueólogos gallegos, en colaboración con investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, procedieron a la apertura del sarcófago de los Sotomayor en la catedral de Tuy y a la extracción de ADN de los huesos que había en su interior.

Ahora, la comparación de este ADN con el que en 2003 obtuvieron los investigadores de la Universidad de Granada de los restos que se encuentran en el mausoleo de Colón en la catedral de Sevilla, y la afinidad, o no, entre los mismos, podría poner fin, de manera definitiva e indubitable, a la cuestión tan largamente debatida sobre el misterioso origen de Colón.