E l 15 de noviembre de 1930 el filósofo José Ortega y Gasset publicó un artículo en prensa titulado El error Berenguer y el resumen del mismo lo hizo el autor con esta frase en latín: Delenda est monarchia. Estos días en clase hemos hablado de aquellos tiempos, previos a la Segunda República, y me hace cierta gracia recuperar el título y el espíritu de lo que escribió el gran intelectual español. Yo, en estas líneas, quiero hablar del error de haber colocado a Ione Belarra al frente de Podemos y, en consecuencia, de un cierto fin de Unidas Podemos.

Pablo Iglesias era, a la vez, el problema y la solución de Podemos y de Unidas Podemos. Es evidente, para mí lo es, que su personalidad y capacidad política eran muy potentes. Él fue el artífice de convertir un movimiento como el 15-M en un partido político (o en varios coaligados). Consiguió articular un discurso y muchos votantes en muy diferentes elecciones. Fue él quien se empeñó en entrar en el gobierno, quería ser ministro, y lo consiguió. A partir de ahí todo comenzó a irle mal. Sorprendentemente, en alguien inteligente como él, confundió ser ministro con actuar como activista y creyó que lo conseguiría. Aquel eslogan electoral de «conquistar los cielos» se convirtió en un objetivo vital y se estrelló. Estuvo cerca del cielo, pero a cierta altura se mareó y cayó. Gran bofetón. Fracasó en las elecciones autonómicas de Madrid y ha abandonado (¿definitivamente?) la política. El último error de su recorrido político fue doble: nombrar a Yolanda Díaz su sucesora como cartel electoral y a Ione Belarra como líder de Podemos. El hiperliderazgo no siempre funciona, pero la bicefalia siempre fracasa.

El error Belarra Antonio Postigo

Yolanda Díaz está demostrando ser una buena ministra. En las encuestas una mayoría de ciudadanos la puntúan como la mejor del gobierno. Yo no llego a tanto, pero sí considero que lo está haciendo bien. La cuestión que debemos plantearnos es si una buena ministra será una buena candidata. Y ahí ya surgen las dudas. Ha dicho que va a montar una nueva plataforma, distinta a Unidas Podemos. Me gustaría saber sus razones. ¿No funciona UP? ¿No le gusta UP? Los votantes, muy militantes de Podemos, ¿se lo perdonarán? Queda otra duda por despejar: ¿qué pasa con el Partido Comunista? Sabemos que es, no se ha dado de baja, militante de ese partido, por lo que debería explicar bien sus motivos para no presentarse en las filas del mismo. Muchas dudas que no se explican con una buena imagen de ministra eficaz.

Vayamos ahora con Ione Belarra, líder de Podemos y ministra del gobierno de coalición. Si con Yolanda Díaz tenemos un lado positivo, su labor en el ministerio, y otro complicado, esa futura plataforma electoral, en el de Belarra son los dos negativos. ¿Alguien sabe cuales son sus competencias ministeriales? ¿Se le conoce algún hecho o manifestación relacionada con su trabajo dentro del gobierno? Yo debo confesar que no soy capaz de encontrar nada, pero nada, de su desempeño actual. En cambio sí que conocemos su labor de activista. Y no nos gusta, a mí desde luego. Formar parte del gobierno es algo muy serio, nada menos que dirigir la política del país, y no deberíamos aceptar de buen grado que alguien sentado al frente de un ministerio se dedique a torpedear el trabajo del conjunto. El tuit solicitando una reunión, nada menos que del pacto de seguimiento de los dos partidos coaligados, es un disparate digno de los hermanos Marx. Y todo el lío que ha montado con lo del ya exdiputado Alberto Rodríguez, pretendiendo presentar una querella contra la presidenta del Congreso de los Diputados, merece entrar en el diccionario de disparates del Libro Guinnes de los récords. Está disparando, desde dentro, contra el gobierno y si tuviese la décima parte de inteligencia política de la que tuvo Pablo Iglesias se daría cuenta de que perjudica al PSOE, claro que sí, pero también a Unidas Podemos. O ministra, haciendo algo a ser posible, o activista, pero no las dos cosas a la vez.

¿Y Alberto Garzón? ¿Le ha oído alguien opinar sobre asuntos que le conciernen, y mucho, como miembro de Unidas Podemos? ¿Le gusta la plataforma que está montando Yolanda Díaz? ¿Su coordinación con Ione Belarra es satisfactoria? ¿Se presentará solo al frente del Izquierda Unida y sobrevivirá otros cuatro años en el Congreso de los Diputados?

Muchas dudas. Y yo, como suelo hacer en estos artículos, voy a dar mi opinión. El error Belarra será nocivo para el futuro electoral de la izquierda. Y los errores de la izquierda benefician a la derecha. Me temo que un gobierno de coalición PP-Vox está más cerca de lo que me gustaría y que Pablo Casado será, ¡vaya horror!, presidente del gobierno.