Opinión | Sala de máquinas

Un gran pintor

La exposición de Francisco Pradilla en La Lonja de Zaragoza nos proporciona una muy aproximada idea de su enorme dimensión como maestro de la pintura. Admirando las magníficas obras expuestas, comprobamos que no hubo registro pictórico, escorzo o perspectiva que se le resistiese. Sus cuadros de temática histórica, género en que no ha sido superado, nos siguen impresionando profundamente, además de por su hercúleo trabajo, por su abigarramiento, detalle, documentación, significado… Los Reyes Católicos, su hijo, el malogrado príncipe Juan o la desdichada Juana inspiraron la mano del pintor para legarnos un recorrido emblemático por jalones históricos perfectamente documentados del reinado de Isabel y Fernando: la toma de Granada, el bautismo en Sevilla del príncipe heredero, el fúnebre viaje de la pobre Juana con el féretro de Felipe el Hermoso

Pero no solo en el apartado de la pintura histórica brilló el talento de Pradilla. Asimismo en el paisaje se mostró magistral, combinando versiones clásicas de la naturaleza romántica con vegetaciones acuáticas o jardines exóticos que, bien coinciden con las técnicas de los surrealistas, bien dan ya la bienvenida, con una última y más abierta pincelada, a las vanguardias del arte estrictamente contemporáneo.

Además de por su exquisita técnica, Pradilla nos emociona por su sensibilidad ante la belleza. Sus marinas del golfo de Nápoles, cielos, playas o puestas de sol no tienen nada que envidiar a los de los mejores paisajistas decimonónicos. Su naturaleza es a veces idílica, otras romántica. (Nos sobrecoge un óleo del Vesubio en erupción que, desde una perspectiva cenital, recuerda al Cumbre Vieja de La Palma).

En cuanto al retrato, comenzando por los autorretratos con los que el propio Pradilla iba reflejando la evolución de su rostro, su mirada, estamos ante uno de los máximos exponentes de finales del XIX y principios del XX.

Este año, centenario de la muerte del pintor, las instituciones aragonesas están realizando un esfuerzo por recuperar su memoria y divulgar su obra. Gobierno de Aragón y Ayuntamientos de Zaragoza y Villanueva de Gallego, con su alcalde Mariano Marcén y su dinámica concejal de Cultura Frinnette Reynoso, prometen seguir recuperando su memoria.

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