Miguel Ángel ha dejado un gran legado, nos sentimos muy afortunados de haberlo tenido en nuestras vidas. Una persona entrañable, inspiración pura y un gran profesional de la Orientación Educativa. Defensor nato de la convivencia positiva, siempre dispuesto a ayudar, a mejorar e innovar en la comunidad educativa de cada centro.

Su ausencia se nota en nuestros corazones, lo recordaremos siempre con mucho cariño.

Desde la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía queremos agradecer todo lo que ha colaborado con nosotros en formaciones y en distintas actividades compartiendo su buen hacer, su tiempo y amistad.

De esta forma, Miguel Ángel permanece en nuestras vidas y podemos seguir su ejemplo, que perdurará en el tiempo porque personas como él inspiran lo mejor. Así la humanidad crece. Gracias por tanto.

Hasta siempre.