Opinión | Sala de máquinas

¿Molinos transparentes?

Las referencias de Javier Lambán, en su discurso del estado de la comunidad, a un próximo Aragón mucho mejor dotado en infraestructuras vino a ser la piedra angular de su intervención. Al final, la política o es gestión y se transforma en hechos, o se queda en discurso, en meras palabras. A cada nueva legislatura hay que volver a cimentar, construir, invertir, ejecutar, recuperando hoy el lento ritmo de ayer por esa tan ralentizada ejecución presupuestaria durante el año pandémico.

El Gobierno de Aragón, como importante motor del desarrollo del territorio aragonés, tiene, amén de mejorar sus comunicaciones, aeropuertos, autovías, vías férreas, puertos secos, polígonos industriales, etcétera, la obligación de marcar e imponer un equilibrio racional entre el desarrollo económico e industrial y la conservación de la naturaleza y del clima.

En ese nudo gordiano de nuestras futuras energías y comunicaciones, las espadas en el seno del Gobierno aragonés están en alto. La tesis de convertir nuestros desiertos y planicies en campos eólicos y fotovoltaicos choca con la resistencia de los naturalistas y conservacionistas y con la desconfianza de pequeños inversores y empresarios incapaces, por su envergadura financiera, de invertir en energías renovables y beneficiarse de ellas.

Pero el futuro avanza y, poco a poco, Aragón se va convirtiendo en una nueva Mancha de molinos eléctricos frente a quijotescos caballeros del ecologismo andante. Vistas desde el espacio, nuestras placas solares semejan lagos de sal, enormes espejos incrustados en la tierra como elementos de un planeta que comienza a hacer realidad su propia ciencia ficción. ¿Gana el usuario, pierde el paisaje? ¿Gana el clima, pierde el turismo? ¿Podrían ser esas placas, esos molinos, menos agresivos, más discretos? ¿Podrían ser invisibles? ¿Podrían construirse los molinos, en lugar de con carne de burro, con materiales transparentes que permitiesen seguir disfrutando de un paisaje no torturado por esas aspas como mazas en manos de gigantes?

Cuanto más transparente sea la política del Gobierno aragonés en materia energética, más saldremos ganando todos: usuario, paisaje, clima.

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