Me descalcé las sandalias saharianas en enero de 1970. Había estado en esa provincia, entonces española, tres años y pico; menos el primer año, todo el tiempo restante ejercí el mando de una compañía con tropa mayoritariamente indígena, y también lo eran los sargentos (muy buenos, por cierto).

Hacía algunos meses que había empezado a hablarse de un movimiento independentista autodenominado Frente Popular de Liberación de Saguia el-Hamra y Río de Oro. El principio de este Frente recuerda lo acontecido en Casas Viejas con su “revolución” en 1933 al realizarse susurros insidiosos en oídos crédulos con la idea de actuar siguiendo este patrón: “Proclamad la revolución, y comunicadlo al puesto de la Guardia Civil, los guardias entregarán el armamento y se sumarán a la revolución, después se comunica esto al Gobierno Civil y éste lo trasladará a Madrid, Madrid responderá”; respondió Madrid enviando dos compañías de la Policía y una sección de la Guardia Civil con la consigna de disparar a la barriga, lo cual se hizo cumplidamente aun a personas maniatadas y otras huyeron al monte para salvar su vida, según la crónica de Ramon J. Sender enviado al lugar para informar a un periódico madrileño.

Según los nativos sensatos por razón de edad se trataba de un grupo de jóvenes ilusos y románticos que aspiraban a la independencia, incluso con violencia. Estos individuos más bien mayores no veían complacidos esta actitud ya que aceptaban la idea que sembró en ellos El Thej Ma el Ainin (este nombre lo sigo de memoria y no sé si es correcto pero en estos momentos no dispongo de la documentación que poseo sobre los antecedentes históricos del territorio); este personaje era el jefe tribal en la zona a principios del siglo veinte, cuando los países europeos se repartían África, que viendo que tarde o temprano el territorio se vio ocupado por alguna de las potencias aspirantes a ello, indicaba que entre Francia y España se optara por España, y la opción de Marruecos ni se contemplaba, por lo que esta gente no veía con buenos ojos la aspiración independentista.

Realmente, la población nativa estaba muy cómoda en su encaje con España al contar con trabajos remunerados en el Gobierno Territorial, la Policía y el Ejército (agrupación de Tropas Nómadas), además de disponer de escuelas, hospitales y otros servicios entre los que figuraba la distribución gratuita de víveres.

En este ambiente, el Polisario causó algunos incidentes e incluso algún atentado de escasa importancia. Como este panorama ensombrecido por la tensión con Marruecos con la amenaza de la Marcha Verde que enmascaraba su pretensión territorial cuyo objetivo era principalmente la riqueza en fosfatos del yacimiento de Bu Craa y la riqueza pesquera del llamado Río de Oro.

La Marcha Verde

Mientras tanto un día infausto es retirado en camilla el Jefe del Estado, siendo el momento astuta y hábilmente elegido para lanzar dicha Marcha es de suponer que con apoyo exterior, así se entendería que aquella enorme masa formada por hombres, mujeres, niños y animales domésticos en dirección al Sur - se habló de entorno a trescientas mil personas, pero también de ochenta mil o de cinco mil- se moviera por un terreno inhóspito que requería una importante asistencia logística.

En este punto es evidente que la situación era muy apurada para sostener la presencia española en el territorio. Al frente el peligro de la Marcha Verde, a retaguardia otro peligro en forma de atentados; la Marcha Verde no era un peligro de índole militar sino de repercusión internacional por las victimas aparentemente inocentes que caerían en los campos de minas de las líneas defensivas españolas y posteriormente su colisión con las fuerzas armadas, lo cual sería propalado a los cuatro vientos por la inteligencia marroquí y países que los secundaban con acusación de genocidio.

Y no era un peligro militar porque la potencia bélica del general G.D S. era muy superior a la que pudiera enmascarar la Marcha; la tal potencia militar consistía en toda la fuerza armada del territorio más los refuerzos llegados de la Península destacando la importancia del contingente acorazado formado por un poderoso núcleo de carros de combate M-48.

Así pues, el gobierno interino, huérfano del Jefe del Estado, no afrontase belicosamente el peligro de la Marcha Verde y decidiera abandonar el territorio; ante esta orden, el disciplinado general G.D S. (contra su propia voluntad seguramente) realizó la retirada ordenada del territorio tras desactivar los campos de minas para enmarcar abandonando la provincia.

En este momento, me permito una aventura de política-ficción. El gobierno enseña los dientes y ordena al general G.D S. que ponga rumbo al norte. Se desencadena un ataque y se forman tres columnas seguidas de dos núcleos de reserva; el avance de las fuerzas españolas, perforan la Marcha Verde y acaban muy pronto tomando el té con el primo moro en unión de los Mandos de las otras columnas que habían atacado procedentes de la Península y Canarias, poniendo cara de admitir el discurso del “primo” marroquí sobre la actuación de bandas incontroladas.

Pero atrás ha quedado un grupo de incontrolados que se ha apoderado del yacimiento de Bu Craa; para rechazar esta ocupación, se desprenden de un núcleo de reserva dos Compañías de la Legión que se coordinan con un Grupo de Tropas Nómadas procedente de El Aaiun dándole al ocupante del yacimiento una “pinza” que lo desbarata y lo pone en fuga dejando numerosas bajas.

La realidad actual

Terminada esta ensoñación, vamos a la realidad del momento actual. En el escenario del Magreb está achicharrándose el pueblo saharaui en el Estado autodenominado República Árabe Saharaui Democrática (RASD), con su Polisario y su pueblo, en Tinduf (Argelia) bajo la autoridad de un fantasmal Gobierno que no dispone de país para gobernar pero que ansía volver a su patria con todo su pueblo para vivir en paz; tal vez por esto el carácter del Polisario pudiera haber cambiado y se esté tornando a favor de España poniendo el acento en que Marruecos aún no ha conseguido el total reconocimiento internacional de la ocupación del Sáhara Español y contemplando también que todavía España es la potencia administradora; quizás así se vea un poco más claro el episodio del alto dirigente polisario que entró ilegalmente en España para asistencia médica en nombre de causa humanitaria.

En el inestable escenario magrebí el pueblo saharaui se encuentra amparado por Argelia, y esta mantiene turbulentas relaciones con Marruecos en buena parte a causa del conflicto del Sáhara; al otro lado del Estrecho, España debe mantener relaciones amistosas con ambos países enfrentados entre sí el primero por el suministro de gas y el segundo por relaciones sobradamente conocidas y ya con tensiones históricas.

Vuelve a verse que puede ser conveniente para el Polisario buscar la conveniencia de nueva relación con España con los ojos puestos en conseguir instalarse en su idílica patria convertida otra vez en provincia española donde vivían en armonía con los españoles europeos los españoles saharauis y volverían a tener todas las ventajas de la situación anterior con proyección hacia un futuro de posible independencia por la vía de los acuerdos amistosos entre ambas partes si viniera al caso.

Ante la situación del alto dirigente Polisario aquejado de un súbito ataque de españolismo y enarbolando DNI Español (cuidadosamente guardado tantos años) y víctima de una enfermedad, el Gobierno optó por la entrada ilegal, aunque tal vez hubiera sido más inteligente desviarlo a otro país que también ejerzan ayuda humanitaria (por ejemplo EE UU o Francia) pero se inclinó por disfrazar dicha entrada, más propia de una política totalitaria, pero sin haber buscado una oportuna información de lo diplomáticamente conveniente disponiendo de profesionales idóneos en el Ministerio de Asuntos Exteriores y en el CNI.

Pero ante el hecho comprobado de que España no debe nada al Polisario, parece que sí le debe a algunos españoles para atenderles solícitamente y cometiendo irregularidades para ello; la duda es quien le debe o va a deberle algún favor y por qué. Viendo esto se requiere que maese Pedro y sus mariachis hagan alguna aclaración que despeje esta incógnita, aunque solo sea por eso que tanto les gusta exigir a los políticos contrarios eso tan recurrido de LUZ y TAQUÍGRAFOS.