El Club Le Carré, en vísperas de inaugurar el I Congreso de Escritores de Novela de Espionaje, me invita a dar una conferencia en las Jornadas que se celebrarán este fin de semana en Andorra La Vella. No se podía haber elegido un lugar más adecuado. En Andorra, como en Gibraltar, es mejor que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda... Ya les contaré cómo me va en ese insólito cónclave de espías y novelistas. Por si acaso, iré adecuadamente preparado y leído con el último y sobresaliente trabajo de investigación de Fernando Rueda, titulado 'Al servicio de su majestad' (La esfera de los libros). Un ensayo profundo, muy documentado, mejor escrito y ciertamente sorprendente por sus reflexiones, deducciones y revelaciones sobre los secretos de Estado de la Transición.

El grueso de los capítulos versa sobre la relación de la Casa Real española con los sucesivos organismos dedicados a nuestros servicios de inteligencia y espionaje, como el Seced, el Cesid o el actual CNI. Desde la agonía del franquismo, Juan Carlos I, siempre según el autor de 'Al servicio de su majestad', se las arregló para poner de su parte a los jefes de nuestros espías. Fernando Rueda reconstruye con maestría y rigor episodios de gran relevancia para nuestro pasado como las intrigas de Alfonso de Borbón por disputar el cetro a Juan Carlos o el asesinato de Carrero Blanco. En esas y otras circunstancias, Rueda apunta a la intervención de la CIA, casi omnipotente en aquella España y muy influyente en nuestros cambios y políticas de gobierno, desde la defenestración de Arias Navarro al nombramiento de Adolfo Suárez o la campaña socialista a favor de la OTAN.

La estrecha y constante relación de Juan Carlos I con los servicios de inteligencia, vínculo en muchos casos personal con sus jefes militares, afectos a la monarquía, siguió siendo determinante para la salvaguarda de la institución monárquica. A cuyos miembros, amistades y amantes nuestros espías grabaron y filmaron sin excepción, desde los romances del hoy emérito hasta los noviazgos del entonces príncipe Felipe… Cosa distinta sería lo que con dicha información sucediera. Sobre todo, lo que pudo haber ocurrido, pero se silenció...

Un libro imprescindible para entender la Transición.