José Luis Melero escribe sobre libros, que es una de las mejores maneras de escribir sobre la vida. Lecturas y pasiones (Xordica) es una nueva entrega de una serie que incluye títulos como La vida de los libros, Escritores y escrituras, El tenedor de libros o El lector incorregible. Melero reúne artículos publicados en Heraldo, breves y divertidos y casi siempre en torno a su búsqueda de libros, con una excentricidad deliberada que combina la autoparodia y la coquetería, como bibliófilo que compra para leer, un tanto resignado (y no digamos su mujer, Yolanda Polo: daría para un relato desde su punto de vista, como Bodas en casa de Hrabal o Verano de Coetzee) a sus aficiones (o pasiones): algunos autores españoles, los escritores y la historia de Aragón. Lecturas y pasiones es un libro de biografías breves de personajes poco conocidos (Covarsí, Carlos Clarimón), o de facetas y episodios poco conocidos de gente más célebre (por ejemplo, los textos de Amparo Poch, Trotski en Zaragoza, Galdós en Ansó). Es también un libro de valiosos fogonazos históricos: así, Los catalanes de Franco recuerda algunos de los apoyos que tuvo el dictador en la región desde el principio. Hay rescates, reconocimientos, como el de García Mercadal, y el gusto por el azar que ayuda a quien sabe aprovecharlo: por ejemplo, cuando habla de los dos Dulong (el alcalde republicano y su bisnieto, que mató a su pareja y sobre el que Félix Romeo escribió Noche de los enamorados). Su búsqueda de raros me recuerda el ensayo de Cynthia Ozick sobre los escritores que quisieron convertir el hebreo en una lengua literaria de Estados Unidos. Hay una vocación de aragonesismo e institucionalidad (a veces seria y a veces humorística), y retratos o recuerdos afectuosos de amigos. Es un libro generoso y lleno de gente, y uno de los placeres que proporciona es reencontrarte con personajes, como en un barrio. En todos los artículos aprendes algo y en casi todos sonríes. A la vez, deja un poso de melancolía, porque la tarea de Melero es contra el olvido: escribe sobre el abandono injusto, sobre las bibliotecas desperdigadas, sobre el descuido con lo nuestro y con los demás, sobre las inclemencias del tiempo en todos los sentidos. Sus reconocimientos a un libro, a una persona, a un gesto noble muestran la grandeza que puede contener algo humilde y pequeño. Lecturas y pasiones te lleva a otros libros: estimula la curiosidad y su familiaridad reconforta. No me había fijado hasta ahora en que, de manera disimulada, José Luis Melero está escribiendo una novela.