Ibercaja ha revisado las previsiones de crecimiento para Aragón y también enfría el optimismo del pasado mes de julio, en el que se situaba en el 7,4%, y lo sitúa ahora en el 4,6%. De este modo, la entidad financiera se sitúa en la misma línea de contención de otros organismos que realizan este tipo de análisis, como es el caso del BBVA, que también cifraba estas previsiones en el 4,7%. Del mismo modo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), estimaba que el crecimiento para este año sería del 5,6%. Todas estas previsiones son más moderadas que las empleadas por el Gobierno de Aragón para confeccionar los presupuestos del próximo año, que se basó en un crecimiento superior al 7%. La incertidumbre y volatilidad de los mercados, el contexto de crisis sanitaria y económica con sus consecuencias en la exportación y la inflación está provocando este enfriamiento de la economía aragonesa y española, si bien esta en su conjunto crece y se sitúa por encima del 5%.

El único dato que invita al optimismo es que el análisis de Ibercaja también coincide con las otras entidades y mejora el pronóstico para el próximo año. También el Gobierno español coincide en esa apreciación, lo que permite considerar que la economía aragonesa crecerá a un mayor ritmo en 2022. En cualquier caso, y a pesar de que la salida de la crisis generada por el covid fue abrupta pero menos sostenida en el tiempo de lo que en un principio se pensaba, hay que tener muy en cuenta los análisis de los expertos financieros y conviene basar cualquier expectativa de recaudación de ingresos y crecimiento de la economía en sus estimaciones, por encima de cálculos más optimistas, ya que el reflejo real de la economía y los presupuestos será precisamente ese.