Durante el acto de su proclamación como primer presidente de los Estados Unidos, George Washington declaró el 26 de noviembre de 1789 como un festivo Día Nacional de Acción de Gracias ('Thansgiving Day'). Años después, en octubre de 1863, Abraham Lincoln ratificó la celebración recomendando que se celebrase el último jueves del mes de noviembre bajo la siguiente premisa: Agradecer a Dios los beneficios otorgados a los Estados Unidos y seguir implorando su favor y protección.

Sin embargo, hubo que esperar hasta 1941 para que el Congreso de los Estados Unidos, aprobara una ley, rubricada por el presidente Roosevelt, en la que se establecía que, en lo sucesivo la celebración nacional del Día de Acción de Gracias ('Thanksgiving Day') sería una fiesta de carácter anual que se celebraría en todos los estados de la nación, el cuarto jueves de cada mes de noviembre. Por eso este año se celebra el día 25.

San Agustín de la Florida

Menos conocido por la mayoría de los estadounidenses es que el 'Thanksgiving Day' es de origen español, ya que españoles fueron quienes lo celebraron por vez primera, en el fuerte (actualmente ciudad) de San Agustín de la Florida. Dicho fuerte fue construido por el explorador español Pedro Menéndez de Avilés, junto a otros 800 soldados de la Corona de España, como ejército aliado de los timucuas, en lucha entonces contra los franceses.

Para festejar la finalización de las obras del fuerte de San Agustín, el 8 de septiembre de 1565, el adelantado Menéndez de Avilés dispuso que se celebrase una misa, seguida de una comida de fraternidad con los nuevos amigos de la Corona, los indios timucuas. Un acto que simbolizaba la nueva amistad entre los indios de Norteamérica y los españoles, dando gracias a Dios por su protección. Acababa de celebrarse el primer 'Thanksgiving Day' en los Estados Unidos.

Hyde

Y no finaliza ahí la influencia española en la historia de la que (junto al día de la fiesta nacional, el 4 de julio) es la conmemoración con más significado para los estadounidenses, pues la eucaristía con que los españoles la acompañaron, fue la primera misa católica que se celebró en suelo de los Estados Unidos. Un acto religioso de fraternidad hispano-americana, tras el que, de acuerdo a lo que dejó escrito el sacerdote que lo ofició, fray Francisco López de Mendoza, el propio Menéndez de Avilés sirvió la comida al jefe de los timucuas y se sentó a su lado, presidiendo ambos el gran banquete.

Plato estrella

Tradicionalmente, en el Día de Acción de Gracias, el pavo (ave originaria de América) ha sido –y sigue siendo– el plato estrella que se degusta en los hogares. Pero el primer 'Thanksgiving' de la historia, en el fuerte de San Agustín, tuvo un sabor típicamente hispano, consistiendo el menú en cerdo asado, garbanzos, aceitunas y galletas marineras. Platos todos ellos regados con genuino vino tinto procedente de los mejores viñedos de España. Claro es que los indios timucuas también aportaron sus productos autóctonos: yuca, maíz, pescado fresco y frijoles, generándose así un apetitoso y sabroso mestizaje gastronómico.

Y a todo lo anterior cabría además añadir que el pueblo de San Agustín de Florida (con alrededor de 13.000 habitantes en la actualidad) que fue español y fundado por españoles, se encuentra en los orígenes del nacimiento de la nación de los Estados Unidos, siendo su asentamiento europeo más antiguo habitado sin interrupción, desde su fundación (a mediados del siglo XVI, reinando Felipe II) hasta nuestros días. En otras palabras: desde San Agustín (una «inexpugnable aldea gala», en este caso hispana, en suelo estadounidense) 456 años ininterrumpidos de historia de los Estados Unidos nos contemplan.

Como colofón y conclusión: esta poco conocida historia de Norteamérica desafía el enfoque tradicional (una versión anglicanizada) de su pasado y otorga el valor que le corresponde a la colonización española de Estados Unidos. Un aporte que fue (y sigue siendo) esencial para la actual configuración y cultura de la nación, pero que –hasta ahora– había estado prácticamente excluida de su enseñanza en las escuelas. Nunca es tarde, gracias a Dios.