El próximo lunes 24 se iba a celebrar en Zaragoza un acto en el Centro Pignatelli, sede del Seminario de Investigación para la Paz, finalmente aplazado por razones que no creo preciso citar. Un grupo de personas vinculadas con el mundo castrense, en reserva o retiro, llevamos un tiempo celebrando tertulias y otras reuniones para tratar de asuntos relacionados con la Defensa. En esta ocasión iba a pronunciar una conferencia el teniente general Luis Martínez Meijide, primer mando de la Unión Militar de Emergencias. Por este motivo he creído interesante escribir unas líneas sobre cultura de Defensa y debo comenzar por destacar el papel del SIP en los últimos años en relación con lo castrense y a veces de forma muy crítica. Por citar solo a una persona ya que a todas sería imposible, quiero agradecer al jesuita Jesús María Alemany, impulsor y alma de estas iniciativas, su dedicación a favor del debate sereno sobre asuntos nada cómodos.

Conocimientos

Cualquier estado gestiona instrumentos de defensa y en los democráticos son los ciudadanos, el pueblo, quienes tienen que conocer y aceptar cuales son esos medios, siendo las Fuerzas Armadas el principal, aunque no el único. Por cultura de Defensa entendemos el conjunto de conocimientos que deberían tener los ciudadanos para conseguir la armonía precisa entre una defensa deseable y la efectiva.

Solo hay un país en el mundo que no tiene ejércitos. Costa Rica pasa por ser el ejemplo que muchas personas querrían para sus países, la ausencia de un ejército como tal. Esta afirmación, a pesar de su rotundidad, puede ser matizada ya que la llamada Fuerza Pública reúne en ella a un conjunto de fuerzas policiales, como la antigua Guardia Civil, con medios militares y con funciones, especificadas en su constitución desde 1949, que en otros países se atribuyen a las Fuerzas Armadas, como es la defensa de la soberanía nacional y la integridad territorial. Conclusión: nominativamente no tiene ejército, pero en la práctica sí.

Hyde

En tiempos del general Franco el concepto de defensa y, en consecuencia, la cultura de Defensa era solo una: la que definía el régimen. El despliegue militar respondía al principio de ocupación o defensa del territorio, instalando unidades en casi todas las ciudades para el control de las mismas si fuese necesario. Con la aprobación de la Constitución quedó apuntado un importante cambio, radical con el paso del tiempo. Así en el artículo octavo, en el título preliminar, lo que ya es discutible, se mantuvo casi intacto el texto del artículo 37 de la ley orgánica del Estado, una de las siete leyes fundamentales del franquismo, que definía las misiones de las Fuerzas Armadas así: «garantizar la unidad e independencia de la patria, la integridad de sus territorios, la seguridad nacional y la defensa del orden institucional». El gran cambio que sí quedó recogido en ese artículo de la constitución es la composición de las Fuerzas Armadas, «constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire», excluyendo a las Fuerzas de Orden Público, que sí estaban incluidas en el artículo 37, ya citado, de la LOE. Ahora estas FOP se regulan en el artículo 104, dentro del título IV, «Del Gobierno y de la Administración». En diferentes leyes de desarrollo se han ido materializando estos cambios.

Excesiva dependencia

Si a fecha de hoy hubiese que concretar escuetamente las diferencias en la defensa antes y después de aprobarse la constitución, además de lo ya citado sobre las FOP, yo me centraría en las siguientes: pertenencia de España a la OTAN; desaparición del servicio militar obligatorio; participación activa en muchas y variadas misiones internacionales de seguridad y mantenimiento de la paz; y creación de la Unidad Militar de Emergencias.oy somos miembros de la Unión Europea y como tal tendremos que participar en la posible formación de instrumentos propios de defensa, algo que está sobre la mesa y que el español Josep Borrell, vicepresidente y Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y la presidenta de la Comisión, la alemana Ursula Von der Leyen, están impulsando para tratar de reducir en parte la excesiva dependencia que tenemos en esta materia de la OTAN y, por tanto, de los EEUU.

Vivimos en el mundo de la hiper información, por lo que saber de la existencia de conflictos en la actualidad es sencillo. Corea del Norte, Oriente Medio, Ucrania y otras repúblicas ex soviéticas, diferentes puntos de África, Afganistán, Cachemira, son algunos de los más notorios. Y España, como miembro activo de la comunidad internacional, tiene que formar parte de los intentos de solucionar o minimizar esos focos. La cultura de Defensa debe ayudar a nuestros ciudadanos a entender el esfuerzo que hay que hacer para ello. Franco murió hace ya muchos años.