Llevamos un par de años en los que hemos sido epidemiólogos, vulcanólogos y ahora mismo, ante la situación en Ucrania, analistas de Defensa, así que está bien que los que nos dedicamos a opinar (con más o menos fortuna) nos tomemos un descanso de temas trascendentales para hablar de frivolidades. Que no digo que un divorcio sea una frivolidad, ojito, pero que como tiene que ver con personajes que salen en el 'Hola'… Por supuesto que hablo de la pillada a Urdangarin de la mano de una señora que no es la Infanta Cristina (y no lo ha contado el 'Hola', sino 'Lecturas', una revista mucho más terrenal). Y de todo lo que se ha publicado, me quedo con ese maravilloso comunicado que ha emitido la pareja, en el que se ha acuñado un nuevo término para el divorcio (o lo que sea) de Iñaki y Cristina. De los creadores de «cese temporal de la convivencia» o «desemparejamiento consciente», llega ahora «interrupción de la relación matrimonial», o cómo decir que te separas sin decirlo. Suelo ser muy clara con el lenguaje, o eso procuro, y todos estos eufemismos de los ricos y famosos para contarle al mundo que ya no están juntos me dan mucha risa.

Como ejercicio para desengrasar neuronas y olvidarme de Ucrania, me he puesto a pensar en otros términos que quieran decir «nos divorciamos» pero en fino, y todo lo que se me ocurre es bastante ordinario: pan y cebolla son un asco: ahora preferimos el 'brunch' con la 'pandi'; se nos ha roto el amor, pero no precisamente de tanto usarlo; fuimos gavilán y paloma pero ahora somos golondrinas sueltas... Y ahora les pregunto: ¿Qué es para ustedes el amor en pareja, qué frase lo representa? Pues la escriben, y luego le dan la vuelta. Por lo menos echarán unas risas.