La campaña electoral para las autonómicas de Castilla y León se inicia este fin de semana después de una precampaña en la que los líderes de los partidos políticos, especialmente del PP, han pugnado por convertir estos comicios en un adelanto de lo que puede ocurrir en las elecciones generales de dentro de dos años. Lo mismo ocurrirá en las elecciones andaluzas, que no tienen aún fecha, pero se pueden también avanzar, y en todo caso se celebrarán este año. El PP pretende que las dos elecciones autonómicas se conviertan en un revulsivo que allane el camino de Pablo Casado hacia la Moncloa, en una especie de repetición de lo que ocurrió en la Comunidad de Madrid con el triunfo arrollador de Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, esta estrategia topa con dos dificultades. La primera es que Alfonso Fernández Mañueco, el actual presidente y candidato del PP en Castilla y León, no es Díaz Ayuso, y la segunda reside en que queda mucho tiempo hasta las elecciones generales, cuyo resultado dependerá en buena medida de la situación económica y de los aciertos y errores de gestión del Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. Hay que tener en cuenta asimismo que el PP, pasado el efecto Ayuso, está descendiendo en las encuestas. La voluntad de extrapolar estas elecciones autonómicas en clave de política española se ha podido comprobar en la polémica sobre las macrogranjas, en la que los partidos de la oposición han utilizado hasta la saciedad las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, al diario 'The Guardian'.

Estas elecciones deberán responder a tres preguntas: si el PP ganará con holgura, si Vox entrará por primera vez en un Gobierno regional y si las candidaturas de la España Vaciada tendrán un éxito o un fracaso. La encuesta del CIS de ayer contradice todas las anteriores y pronostica un empate técnico entre el PSOE y el PP, con una ligera ventaja para los socialistas (30,8% y 25-34 escaños frente a 29,8% y 27-32). Vox sería la tercera fuerza (9,3% y 4-8 procuradores), con un gran crecimiento desde su único escaño actual, pero que ni en las horquillas más altas sería suficiente para gobernar. Ciudadanos, expulsado del Gobierno actual, retrocedería hasta el 7,9% y 2-5 diputados. En el resto de encuestas, sin embargo, se da por hecha la victoria del PP. También en el mercado de predicciones Predi, un proyecto de investigación de la Universidad de Zúrich, que actualiza a diario la web de EL PERIÓDICO, según el cual el PP obtendría una holgada ventaja, con 35 escaños; mientras que el PSOE lograría 27; Vox, 10 y la España Vaciada entraría con 4 procuradores. Si se produce el triunfo de Mañueco, el PP deberá decidir si integra a Vox en el Gobierno regional, como ha exigido Santiago Abascal. Y esa decisión pondrá a prueba las afirmaciones de Casado de que el PP no formará gobiernos con la extrema derecha.