En Francia antes de la revolución tenían un sistema llamado estados generales compuesto por tres estamentos: la nobleza, el clero y el tercer estado. La nobleza y el clero supondrían el 1% de la población mientras que el tercer estado supondría el 99% restante. Sin embargo, se votaba por estamentos, no por personas. Es decir, la nobleza, el clero y el tercer estado tenían un voto cada uno, independientemente de la población que hubiera en cada uno de los estamentos.

Ya entonces el tercer estado gritaba: ¡Un hombre un voto! La idea que subyacía detrás del grito es simple: la democracia es de personas única y exclusivamente, no de estamentos, territorios, lenguas, etc. Esto que hoy nos parece obvio, no lo es tanto. En España se vota en los diferentes comicios por provincias y resulta que las personas de las diferentes provincias tienen un valor diferente, es decir, los votos de algunas personas valen más que otros.

Uno de los titulares en las elecciones de Castilla y León es la fuerza de Soria ¡Ya! que ha obtenido 3 representantes con 18.390 votos. En cambio, Podemos y Ciudadanos con alrededor de 60.000 votos han obtenido solo un representante cada uno. Hay quien argumenta que Soria ¡Ya! tiene el voto concentrado, y es verdad, pero esa no es la clave. En la provincia de Valladolid, Podemos ha obtenido 18.857 votos y Ciudadanos 18.801. En ambos casos más votos que Soria ¡Ya! en Soria. ¿Qué es lo que pasa? Que la provincia de Soria es el clero y su voto vale más que el de la plebe del tercer estado que es Valladolid.

Tiene pinta de que vamos a ver a nobleza y clero en forma de Teruel, Soria, Ávila, Palencia...

En Aragón la situación es parecida (en realidad peor). Aragón tiene 1.300.000 habitantes y elige 65 diputados, Teruel 130.000 (justo un 0 menos) y elige 14 de los 65 diputados. Lo lógico sería que Teruel tuviera la décima parte de los diputados aragoneses, es decir 6,5 (por deferencia se podrían redondear a 7). Lo contrario es un sistema como el de los estados generales en el que Teruel es la nobleza y sus votos valen más que el resto por derecho de nacimiento.

Llevamos décadas (desde el «Pujol, enano, habla castellano») oyendo quejas sobre los nacionalistas que condicionan los gobiernos en España. Sin embargo, vascos y catalanes no están sobrerrepresentados. Tiene pinta de que vamos a ver a nobleza y clero en forma de Teruel, Soria, Ávila, Palencia etc. condicionando el gobierno de todos por un absurdo privilegio. Solo queda gritar: ¡Una persona, un voto!