Estamos viviendo tiempos demasiado revueltos, tanto en el aspecto nacional como internacional, y son tantas las cuestiones de las que se puede opinar que genera una confusión de tal tamaño que produce pereza empezar por cualquiera de las situaciones; sin embargo, merece la pena afrontar el reto de hacer análisis de estos momentos.

Qué duda cabe que la pérdida de perspectiva acerca de lo que interesa al conjunto hace que los individualismos tomen total protagonismo. El interés y la preocupación se centran en cada uno de nosotros marginando a nuestros cercanos y mucho más a quienes consideramos lejanos a nuestra vida.

Ansias de gloria

De nuevo el jinete de la guerra se lanza contra la vieja Europa, es como si estuviésemos viviendo una repetición de lo sucedido en 1939 con Hitler atacando Polonia con la excusa de la expansión de Alemania por el pasillo de Danzig. A partir de aquí las ansias de gloria de estos individuos no tiene límites y no les importa las vidas que arrastren en su egolatría. Continuando con el ejemplo de la Segunda Guerra Mundial, en esa cruenta etapa de nuestra historia se produjeron más de 50 millones de muertos, daños materiales (sin cuantificar) de destrucción que genera una guerra y, por supuesto, los morales. Y todo por qué, solo por la locura de gloria de un individuo que, por ser generoso lo voy a tachar de loco, pero no es posible que nos fijemos en exclusiva en este ególatra asesino, todos aquellos que lo acompañaron deben de ser igual de culpables pues una persona en solitario no hace esas cosas.

Bien, pues al final estamos ante un Hitler dos. Vladímir Putin, que se ha inventado todo tipo de tropelías para no perder el poder, que ha encarcelado, arruinado e incluso asesinado a todo aquel que se oponía a él, que el concepto de democracia ha debido oírlo en alguna ocasión, pero no ha parado a querer enterarse de qué iba y, mucho menos, ha sabido dar ningún valor a los derechos humanos. Sus estudios principales han tenido que ser la historia de Hitler y de Stalin, dos asesinos sin límite ni conciencia alguna.

Es como si estuviésemos viviendo una repetición de lo sucedido en 1939 con Hitler atacando Polonia

Pues este tal Putin quiere ejercer de alumno aventajado de ellos y ha empezado por Ucrania, con el fin de llegar a conseguir ser el nuevo zar de todas las Rusias y no le importa, ni siquiera, el sacrificio y dolor que va a producir a los propios rusos, pero está claro que esto no le molesta, deberían ser a los rusos a quienes les importase y le pusiesen coto a esa loca ambición, que por otra parte, este individuo la tiene por todo. Según la revista 'Forbes', la fortuna de Putin, aunque es complicado cuantificarla pues como sucede con todos los que se dedican a robar la van escondiendo, se calcula entre dos cantidades que dan vértigo, 70.000 y 200.000 millones de dólares y lo mejor de todo es que la ha conseguido cobrando un salario de 118.000 euros al año. ¡Hay que ver!, ¡cómo está el cambio del dólar! y, por cierto, ya se está construyendo un palacio cerca del mar Negro que se valora en 1.300 millones de dólares y que supongo que será el lugar donde desea que le coronen zar de todas la Rusias.

Pero volvamos a lo trágico de esto, que es el comienzo de esta guerra y que nace además con unas terribles amenazas por parte de Putin: anuncia que tiene las mejores y más destructivas armas y que puede acabar con quien se le enfrente. Está hablando sin la menor duda de armas nucleares, no le importa las consecuencias de lo que está diciendo y, lo que es peor, en su locura es posible que lo hiciese realidad y esto me produce una enorme inquietud, pues, tal y como está el mundo, sería toda una cadena de intercambio de bombas nucleares. Nos quedaría un planeta imposible.

La naturaleza no es justa

Hay otra intranquilidad que tengo en esta guerra que ha iniciado Putin, ¿qué sucederá si continúa adelante con ella, como creo que está en sus planes, aliándose con otros países como China, Corea del Norte y algún otro semejante? Del primero necesito creer que van a ser sensatos y les va a interesar más una buena relación con Occidente que estar de socio con Putin; sin embargo, no me fío nada de Kim Jong-un ya que este acompaña al otro en la locura. La naturaleza no es justa, ¿por qué generará elementos así pudiéndolos hacer normales? Quizás sea como venganza por lo mal que la cuidamos.

La situación actual proviene en primer lugar de cuando Jrushchov en 1954 regaló Crimea a Ucrania y esto en 2014 desencadenó una reclamación de retorno a Rusia, con 14.000 muertos hasta la fecha. Como segundo motivo cuando la OTAN se ofrece a Ucrania para poder integrarse y, bajo la excusa de verse Rusia atacada en sus fronteras, Putin inicia lo que ya es una guerra.

Sin embargo, la situación que vivimos a nivel mundial no deja de ser una consecuencia de una falta de comunicación y entendimiento entre los países, esto sin quitar un ápice de responsabilidad a Putin, que desde luego aprovecha bien estas desviaciones que producen unos líderes y otros. En definitiva, y como ya he escrito en otras ocasiones, creo que la Unión Europea debería salir de la OTAN y crear su propio ejército, hoy día ya no tiene ningún sentido esta y solo sirve para darle razones, falsas, pero razones a locos como Putin. Hagamos un esfuerzo por poner criterio y sentido al mundo.

Un consejo

Antes de terminar este artículo quiero darme la libertad de enviar un consejo al señor Putin. Estimado Vladímir: tiene usted ya 69 años, camino de los 70 y, por tanto, está en el tramo final de su vida, por tanto, debe reflexionar qué ocurrirá cuando le llegue el momento que nos sucede a todos. Se lo voy a contar, usted tendrá dos cosas nada más, la primera un hueco en la tierra donde meter su ya frío cuerpo; la segunda un apartado en la historia de la humanidad en el capítulo de los sátrapas y genocidas. La verdad es que es luchar mucho y, además, solo para eso. Reflexione y corrija su rumbo, total para lo que le queda.

Quiero terminar con un pensamiento de Mafalda: «Si los cobardes que deciden las guerras tuvieran que ir a pelearlas, viviríamos todos en PAZ».