Allá por septiembre, el Gobierno anunció que se metería con los llamados beneficios caídos del cielo que tienen las eléctricas. Es decir, no iba a permitir que por el hecho de que el gas subiera, las eléctricas cobraran más por la electricidad que producen con molinos de viento o centrales nucleares. Aquello se difuminó porque tocar los beneficios de los poderosos, suele ser difícil, y se usó como excusa que la UE no lo permite.

Las guerras suelen tener muchos perdedores, pero siempre hay quien saca tajada. Cada bomba que cae sobre Kiev, hace subir el precio del gas y en consecuencia los beneficios de las eléctricas. No puedo dejar de imaginarme a Sánchez Galán, presidente de Iberdrola y para más señas, imputado por sus tejemanejes con el muy honorable comisario Villarejo, frotándose las manos con los beneficios que va a hacer gracias a la guerra. Recordemos que en 2021, con precios disparados (pero la mitad que ahora), las grandes eléctricas españolas sacaron 6.500 millones de beneficio.

A ver si esta maldita guerra por lo menos consigue acabar con el robo de la tarifa eléctrica

Está claro que tenemos varios problemas con el gas: dependemos de él, contamina y el oligopolio eléctrico se aprovecha de la regulación para exprimir al consumidor. La cosa está afectando a grandes empresas que tienen que parar la producción porque no pueden pagar el coste de la luz. Los dos primeros problemas (dependencia y contaminación) tienen difícil solución a corto plazo, pero hay que empezar. El tercero es fácil de resolver y puede hacerse rápido, pero hace falta voluntad política, porque afectará a los beneficios de las eléctricas. Hay que desacoplar el coste del gas del resto de tecnologías que producen electricidad. Así bajaría una barbaridad la luz.

Estos días hemos escuchado al señor Borrell apelar a los ciudadanos para que bajen las calefacciones. En España ni tan mal, pero anda, díselo a finlandeses, suecos o polacos. La petición de Borrell me parece sensata: hay escasez y hay que adaptarse. No obstante, tendría algo más de credibilidad para pedirle a la ciudadanía pasar frío, si pidiera a la vez acabar con los beneficios extraordinarios de las eléctricas.

Jean Monnet dijo: Europa se forjará en las crisis. Y es verdad. La crisis de deuda suavizó las reglas fiscales, la crisis del covid ha permitido la emisión de deuda europea, ambas imposibles antes. A ver si esta maldita guerra por lo menos consigue acabar con el robo de la tarifa eléctrica.