Hay quien puede pensar que entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza hay una disputa por ver qué institución atrae más inversiones a la capital aragonesa en esta legislatura. Se notó claramente. y con cierta picaresca. a la hora de anunciar que la multinacional Becton Dickinson se instalaba en Zaragoza, ya que poco menos que ambos gobiernos quisieron acaparar el protagonismo de la noticia. Pero el caso es que la empresa invierte en Aragón. Los centros de Amazon Web Services que se están levantando en Villanueva de Gállego y El Burgo de Ebro en la provincia de Zaragoza, y en Huesca, pueden constituir el mayor exponente del Gobierno de Javier Lambán, aunque hay muchos más. Por contra, el nuevo hospital Quirón que se levantará en Zaragoza junto al edificio de la Cooperativa del Taxi, en la avenida Gómez Laguna, y el centro logístico de Saltoki en Empresarium, anunciado esta misma semana, son los referentes del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón. Sea como fuere, se puede decir que en los últimos meses ha crecido el interés empresarial por instalarse en Aragón, de la mano de unos o de otros, y lo que hay que hacer es sacar pecho de la situación, ayudarse unos a otros y confiar en que tras el desastre del coronavirus, la invasión de Ucrania por parte de Rusia no afecte en el devenir económico de la comunidad. Un futuro que tiene muy buena pinta.

Y es que ponerse a ver todos los proyectos económicos que están en marcha o se han anunciado en la comunidad últimamente es perder mucho tiempo y barajar muchos millones de euros y muchos empleos nuevos. Si se suma todo, serían más de 3.000 millones de inversión por cada una de las tres provincias aragonesas, aproximadamente, y por número de empleos difiere más pero nos iríamos a más de 8.000 en la provincia de Zaragoza, cerca de 4.500, en la de Huesca y algo más de 2.000 en la de Teruel. Que no está nada mal. Da la impresión que en esta ocasión va a ser así, es decir, que no son los faroles que en otras épocas se marcaban algunos y otros compraban con excesiva generosidad.

Quizás lo que llama la atención es precisamente que no puedan ir a la par dos instituciones tan importantes. El Gobierno de Aragón ha apostado por ampliar el suelo disponible en la Plataforma Logística de Zaragoza, Plaza, porque es un atractivo muy importante para muchas inversiones, también en el Polígono Malpica y a finales del año pasado llegó a un acuerdo con la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) para poner 175 hectáreas a disposición de proyectos de interés autonómico e interés general en el Parque Tecnológico del Reciclado (PTR). Justamente en una zona donde se conforma un mastodóntico polígono llamado Empresarium (al que han ido Becton Dickinson y ahora Saltoki) que acoge grandes, medianas y pequeñas empresas pero que tiene mucho terreno libre (e incluso naves vandalizadas). Es ahí donde podría volcarse también el interés de nuestras instituciones y seguir ofertando un terreno de Zaragoza que es enorme.

Lo que hay que esperar es que todos estos proyectos como los citados o Bon Àrea, el grupo Pini, el alemán Tönnies y más, sigan en marcha (y otros que puedan venir) se consoliden y que la guerra no se interfiera en ellos. La atracción de nuevas empresas debe seguir la senda de los objetivos estratégicos marcados en Aragón vinculados con las políticas de desarrollo económico y creación de empleo y por los que apuestan todos los partidos. El objetivo debería ser llegar al pleno empleo, algo que no es difícil ya que la tasa de desempleo es una de las más bajas de España y los numerosos proyectos empresariales en marcha son toda una locomotora en este sentido. Puede ser que la fábrica de baterías fuera el revulsivo que faltaba y que daría el espaldarazo definitivo. Pero si la gigafactoría se va a Sagunto y aquí no viene ninguna, tampoco hay que desilusionarse porque el clima para recibir inversores es óptimo.