A veces, no siempre, los políticos se ponen poéticos y acuñan metáforas. La última es de Pedro Sánchez. Según ha dicho el presidente, España es «una isla». Pero a continuación, afeando la imagen, añadió: «una isla energética».

Copiándole, como en todo, la vicepresidenta Nadia Calviño ha ratificado que el presidente no quiso poetizar, sino politizar, y que, en efecto, «España es una isla energética». No un islote solitario, sino una isla a tercias con Portugal. Según el análisis de ambos, la península ibérica en su conjunto está saliendo muy perjudicada con la política europea de precios de la energía.

Ya Saramago dejó escrita en 'La balsa de piedra' que éramos una isla y que somos diferentes. Pedro Sánchez se ha dado cuenta de que no se parece al canciller alemán Scholz y reivindica su propia imagen y la de nuestro país en una Europa que él quiere ahora, de pronto, más desunida en lo energético, para volver a unirla después del próximo consejo según sus nuevos criterios de precios para la energía comunitaria. Sánchez no entiende (realmente, no lo comprende nadie) cómo es posible que los españoles, generando como generamos la energía más barata de Europa a base de los molinos y placas solares que están robotizando nuestros paisajes y horizontes, paguemos el recibo del gas y de la luz a precio de oro.

España, además de en lo energético, sigue siendo una isla en el océano diplomático

España, además de en lo energético, sigue siendo una isla en el océano diplomático. Todo el que llega a nuestras costas planta su tienda y su bandera. Vuelven los americanos, por ejemplo, y nos conminan a reconocer el derecho de Marruecos sobre el Sáhara. Que fue colonia española, no lo olvidemos, cuando España era la isla de Franco, y que ahora, por voluntad de Donald Trump y de Joe Biden, se le va a regalar a Mohamed V para que no se meta con nosotros y siga vigilando el Estrecho contra los submarinos de Putin.

España es también una isla cultural. La colonización de nuestros públicos por parte de las multinacionales de la comunicación, otras tendencias y culturas roza lo esperpéntico. Ser artista independiente, músico, actor o escritor en nuestro país equivale a ser un loco o un héroe.

¿De verdad España es una isla?

Para salir de dudas, esperemos a las próximas metáforas de Pedro Sánchez y Nadia Calviño.