Seguimos a golpe de decretos improvisados. Esto es un non stop. No hubo en la historia de este país un gobierno que se cubriera de tantas glorias como éste que ahora nos desgobierna. Comienza una nueva forma de enseñar basada en competencias. Las mismas que las que está acostumbrado a demostrarnos nuestro Ejecutivo. Cambia la forma de aprender, las reglas y las modalidades de Bachiller, las asignaturas, y todo para ya. En septiembre, a implementarlo todo el mundo. ¿Cómo pretenden estos sabios que todo esté listo para entonces? Quedan menos de cinco meses.
Pasamos de tres a cinco modalidades de Bachillerato, habrá que pensar qué centros ofrecen unos y otros, adaptar plantillas actuales o contratar profesorado, reciclar los currículos de muchos docentes, y además, los alumnos tendrán que elegir, en menos de dos meses, su itinerario. A piedra, papel o tijera, claro, porque no sabrán de qué va la cosa, ni sus propios profesores. Pero, todo va a ir bien, chicos. Podréis aprobar Bachillerato con una suspendida, y vuestro destino estará más que nunca en manos de los docentes, en su mayoría, ampliamente formados en competencias diversas, las mismas que los dirigentes de este universo España cañí, en el que todo vale, en el que cuánto menos sabes, más competente eres.
La Lomloe llega para quedarse, con éste y con gobiernos siguientes, sean del signo que sean. No es vaticinio, es prospección sociológica. Orwell se quedaba corto en sus novelas. Este modelo posibilita la ecuación perfecta para un sistema que no tiene otra pretensión que la de someter a la población al mejor de los controles, la tiranía de la ignorancia, una nueva era en la que el 4,5=APTO sea la principal seña de identidad. Como siempre, España, dando ejemplo de competencia.
