El Periódico de Aragón

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Daniel Latorre

En la calle

Daniel Latorre

Volver

Creo que es la palabra que más he oído en boca cofrade durante estos días previos a Semana Santa... ¡VOLVER! A comienzos de los ensayos, allá por enero, ya hubo quien en sus redes sociales atestiguaba que la vuelta era inminente, porque sus siestas dominicales habían sido truncadas por el sonido de los ensayos que circundaban su vivienda.

Han sido dos años sin procesiones en las calles, con una «intensificación» de la vida de las Cofradías, que han sabido suplir esos momentos de encuentro cofrade con multitud de actos, en un principio online y ya en fechas más recientes, presenciales.

La emoción está a flor de piel, los cofrades tenemos muchas ganas de volver a sacar a nuestros Titulares a la calle, a engalanar la ciudad con nuestros estandartes, guiones, pebeteros y flameros; tenemos muchas ganas de que el sonido de nuestros instrumentos traiga los ecos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús; tenemos ganas de que las madrugadas en la plaza del Justicia se llenen de redobles y mazazos, cornetas, matracas y carracas para despedir a los Pasos que se cobijarán en las entrañas de la iglesia de la Semana Santa de Zaragoza, San Cayetano.

Seguro estoy que esta tarde, nuestro Arzobispo don Carlos Escribano, sabrá recoger el sentir de todos aquellos que nos acerquemos hasta la plaza del Pilar, a eso de las ocho de la tarde, para escuchar su pregón inaugural, seguro que exquisitamente organizado por la Cofradía de la Piedad. Como buen conocedor de nuestra Semana Santa que es, no puedo encontrar mejor pregonero y más acertado en esta «vuelta a la normalidad» que nuestro propio Obispo.

Hoy volverán los tambores y bombos, hoy volverán los hábitos, hoy volverán los colores, los aromas, los sonidos que a tantos, cofrades o no, nos invitan a rememorar, cada primavera, que Jesús, un hombre, dio la vida por nosotros ¿qué nos cuesta a nosotros dar algo de nuestro tiempo y esfuerzo para recordarlo?

Volver, aunque nunca nos fuimos, porque los cofrades siempre estamos allí cuando hace falta arrimar el hombro y echar una mano al más desfavorecido y, en esta pandemia, la solidaridad ha sido el estandarte que han enarbolado las delegaciones de Obra Social de nuestras Cofradías.

Volver, volver desde la raíz, como las plantas que se secan en invierno y en primavera vuelven a echar nuevas yemas; volver desde la esencia, desde el trabajo bien hecho; volver desde la maduración de un par de años en baldío que nos dan más energía, más profundidad, más emotividad, en definitiva, más Pasión.

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