El Periódico de Aragón

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Juan Bolea

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Juan Bolea

Contradicciones políticas

La postura del Partido Popular con respecto a Vox no solo es incomprensible, sino, desde mi punto de vista, desnortada. La clamorosa contradicción de utilizar sus votos, y a sus concejales y diputados en la formación de gobiernos, y, al mismo tiempo, negar su ideología, negarles el saludo en público y combatirles ferozmente para arrebatarles sus apoyos solo puede interpretarse, me parece, en clave de un fallido análisis global derivado de la oposición de dos análisis internos vigentes y contrapuestos en el seno del PP: el de Mañueco o Ayuso (gobernar con Vox sin complejos) y el de Feijóo y Moreno (hacerlo de tapadillo).

En medio de tanta confusión, la toma de posesión del presidente de Castilla León, Alfonso Mañueco, sin el apoyo de su nuevo jefe de filas, el muy mirado Feijóo, da una impresión rara, como de negación, improvisación o resignación. En absoluto de alianza, esperanza o triunfo.

Pero, haga lo que haga o mire hacia donde mire la sede nacional de Génova, durante los cuatro próximos años los consejeros de Vox van a disponer de mando en las plazas y ciudades de Castilla y León, de sueldos y presupuestos, de directores generales, asesores personales, compartiendo con Mañueco y con los consejeros del PP la gestión de una autonomía con muchos problemas pendientes, debiendo intentar solucionarlos y debiendo periódicamente rendir cuentas ante la población castellana—leonesa de sus respectivas e importantes responsabilidades.

Pero, ¿se dejará 'galleguizar' el resto de España? Eso ya no parece tan fácil como cargarse a Casado...

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A su vez, Vox viene incurriendo en la contradicción de abrazar con enorme satisfacción esas alianzas con el PP que les permiten gobernar autonomías, cuando en su programa figura como punto destacado la eliminación de estas. A cambio de las interesadas complicidades, renuncias o cortesías de los populares, los de Abascal no hacen sangre de los casos de corrupción que siguen machacando al PP.

Todo sería más práctico, viene a decir el pragmático Feijóo, si el voto conservador, hoy dividido entre radicales (Vox), moderados (PP) y liberales (Ciudadanos) se uniera en un centroderecha para derrotar al PSOE. Esto es, como él ha hecho en Galicia. Pero, ¿se dejará 'galleguizar' el resto de España? Eso ya no parece tan fácil como cargarse a Casado...

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