El Periódico de Aragón

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Juan Bolea

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Juan Bolea

Francia decide

Tradicionalmente se había venido diciendo que el escenario político francés prefiguraba el español, pero las cruciales elecciones de mañana domingo en Francia no tienen nada que ver, en principio, con la política española.

Dos candidatos, Emmanuel Macron y Marine Le Pen, se enfrentan representando ideologías —centro liberal y una derecha muy radical, respectivamente—, que en nuestro país no son hegemónicas. Macron habría equivalido a Albert Rivera, en el momento de este; Le Pen, hoy, sería equiparable a Santiago Abascal.

Ventaja para Macron

Las encuestas están dando una clara ventaja a Macron pero casi nadie descarta por completo una sorpresa. Le Pen, que debe andar rozando los quince millones de votos, ha endulzado un tanto sus mensajes homófobos, islamófobos, y acentuado la campaña con la tilde económica. Ahí, desde luego, acierta. Obviamente, la mayor preocupación de los franceses (como la de los españoles) es, en estos momentos de crisis, la economía. Francia es un país terriblemente caro, pero los sueldos no son tan buenos como pueda creerse observándolo desde fuera. De hecho, más de la mitad de los electores franceses no ingresan más de dos mil euros al mes, y muchos tienen serias dificultades para pagar las facturas básicas, luz, teléfono… y para llenar con cierta variedad y calidad la cesta de la compra. La propuesta de Le Pen de bajar impuestos tendrá efectos favorables para sus siglas.

Las encuestas están dando una clara ventaja a Macron pero casi nadie descarta por completo una sorpresa

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Desde el Elíseo, Macron otea el horizonte con demasiada confianza. Hábilmente, ha conseguido situarse en el primer plano de la política internacional, cerrando con Alemania un sólido eje y plantando con firmeza los pies en el tablero geo—político. Los problemas le han venido más de Gran Bretaña y de Estados Unidos, nada inclinados a dejarle crecer. Su papel de intermediador con Rusia no ha servido de mucho, pero lo sigue intentando (alguien tenía que hacerlo).

En clave interna, Macron representa en parte ideas de progreso y modernidad, en parte cierto elitismo. Los millonarios franceses están encantados con él, pero también muchas capas y clases medias que ven en Macron un defensor de la democracia, de los valores republicanos y de esa Francia inteligente y diplomática que tantas veces ha marcado estilo y territorio.

Aun así, ojo...

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