El Periódico de Aragón

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Juan Bolea

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Juan Bolea

Héroes de Pina de Ebro

Los tres últimos alcaldes de Pina de Ebro han sido alcaldesas. La actual, Mercedes Abós, ha tenido que enfrentarse, como sus antecesoras, a la amenaza del río que da nombre y vida al municipio, pero que, en una mala primavera, con las lluvias y deshielos, también puede desbordarse, robar la tranquilidad al entorno y arrebatar casi todo.

Situada junto al cauce, en la ribera baja, la población de Pina convive inmemorialmente con la presencia hermosa y fructífera, también temible de un río casi sagrado para los aragoneses, pero que, cuando golpea, lo hace de manera inmisericorde. Muchos de sus vecinos no han podido olvidar el sordo rumor, primero, y el furioso ruido en cuanto las aguas suben con esas últimas crecidas que lo anegaron todo, flotando campos y puentes sobre una misma superficie horizontal y líquida, de la que el resto del mundo había desaparecido. En la periódica lucha contra las inundaciones muchos de esos hombres y mujeres de Pina que vemos tranquilamente pasear por sus calles, abrir sus comercios, faenar en los cultivos, se pusieron muchas veces el traje de héroes. Lo hicieron para reforzar las motas, las puertas y ventanas, evacuar ancianos, salvar los muebles (literalmente), o para insuflar ánimos a sus más débiles o abatidos vecinos. Antes, durante y después de la riada lo aportaron y lo apostaron todo.

De esa clase de heroísmo cívico y anónimo habla con imágenes la exposición Nuestros héroes que acaba de inaugurarse en la magnífica sala de El Claustro de Pina de Ebro.

Una selección de impactantes fotografías firmadas por los reporteros gráficos de este diario nos muestran una panoplia de héroes y de momentos heroicos vinculados a la reciente historia de Aragón. Teresa Perales, Carlos Pauner, Miriam Amaya o Jorge España nos miran entre operaciones de rescate en el camping de Biescas o desde la angustia de otros salvamentos llevados a cabo por policías, bomberos, guardias civiles o simples ciudadanos de a pie capaces de jugarse la vida por los demás. Su ejemplo, sacrificio y valor son hoy las mejores armas para luchar contra los desastres naturales o contra esa otra catástrofe que es la indolencia humana.

Los héroes de Pina y Nuestros héroes son de carne y hueso. Por eso, aunque no tengan medallas, los reconocemos, los admiramos, los valoramos.

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